Hace unos días recibí en mi blog el siguiente comentario sobre el artículo 'Atónito y estupefacto' que publiqué hace unos días en Crónica Global:
(Atención: el comentario es original. No se han corregido las faltas de ortografía)
Òmnium Cultural
Todo tu discurso huele a carcoma. Si respiras aire en Catalunya, respeta a los catalanes. Y por favor, aprende de una vez a hablar la lengua de tu país. Da pena que después de tantos años de vivir en Catalunya no seas capaz de brindarnos un “bon dia”. Y limitate a criticar a los tuyos y dejanos en paz a los que no pensamos como tu. Se inteligente; no lo presumas unicamente.
Y esta la respuesta que he publicado en mi blog:
Semejante comentario ridículo y xenófobo, se descalifica por sí mismo, pero no obstante les contestaré extensamente en un medio de comunicación. Por cierto, como no tengo el gusto de conocerlos, les agradeceré que no me tuteen para evitar malos entendidos. Aunque no les guste escribir en castellano utilicen, por favor, los acentos para evitar que pueda pensar que ustedes forman parte de Òmnium Gutural.
Se nota que andan algo nerviosos tras el fracaso de convocatoria cosechado el 9N y las posteriores disensiones que han surgido entre los integrantes de la marea amarilla sobre lo que quieren ser y hacer de mayores. ¿No tendrán ictericia? El hecho cierto es que son ustedes una minoría mal avenida, reaccionaria y con inclinaciones golpistas, cuyo sentido de propiedad de Cataluña y su inclinación a decirnos al resto de catalanes cómo debemos expresarnos y comportarnos tiene todos los ingredientes que caracterizaron al franquismo. ¡Menudo ‘país nuevo’ el que pretenden imponernos!
Como el artículo fue publicado en Crónica Global, me parece que no está de más que sus lectores conozcan cómo se las gastan los comisarios guturales independentistas. La verdad es que el texto no tiene desperdicio y voy a responder a cada una de las oraciones superpuestas que integran esta agria y muy reveladora expresión de intolerancia:
- “Si respiras aire en Cataluña, respeta a los catalanes”. ¿Cómo no me voy a respetar a mi mismo? Presumo que hay una diferencia importante entre quien se dirige a mi en estos términos y yo: yo decidí libremente ser catalán, viniendo a vivir aquí cuando Cataluña era todavía una sociedad abierta, y desde el día en que llegué he respetado a todos los catalanes, independientemente de la lengua que utilizan, el partido al que votan, la religión que practican o el equipo de fútbol que les obnubila el seso.
- “Aprende a hablar la lengua de tu país”. No sabía que los ‘países’ tuvieran ‘una’ lengua. Las lenguas de un país son las que hablan sus habitantes y el 58,7 por ciento de los catalanes considera el castellano su lengua materna. ¿Por qué el castellano, o español como se la conoce universalmente, no es también la lengua de Cataluña?
- “Da pena que después de tantos años en Catalunya no seas capaz de brindarnos un ‘bon dia’”. Sinceramente, desconozco lo que mi interlocutor entiende por un buen día, más allá quizá de la intención que trasluce su comentario de desear callarme o amordazarme. Y, en todo caso, ¿por qué tengo yo que darle un buen día a este entrometido maleducado? Libertad, libertad...
- “Limitate a criticar a los tuyos y dejanos en paz a los que no pensamos como tu”. ¿No era libertad de expresión a lo que aspirábamos los españoles que padecimos el franquismo? Parece que hay ahora algunos catalanes interesados en quitárnosla de nuevo. ¿A qué acudió Mas a la manifestación de París, a dejarse ver entre los ‘líderes mundiales’ para salir en TV3 defendiendo el proceso independentista, o a defender la libertad de expresión? Me temo que a lo primero.
- “Se inteligente, no lo presumas unicamente”. Otro comentario indescifrable. Si presumo ‘unicamente’ será que no soy inteligente y, por tanto, no puedo serlo, auqneu me lo proponga. Y si no lo soy, ¿por qué se molestan en escribirme con ánimo tan alterado?
- Quiero cerrar estos comentarios recuperando dos estrofas del poema de Celaya “España en marcha” que alimentaron la esperanza de tantos catalanes en el invierno de la dictadura:
“Nosotros somos quien somos.
¡Basta de Historia y de cuentos!
¡Allá los muertos! Que entierren como Dios manda a sus muertos.
…
A la calle españoles, a pasearon a cuerpo
y mostrar que pues vivimos, anunciamos algo nuevo.”