Hacía falta. Era imprescindible que un pueblo que camina hacia la plena realización nacional tuviera un museo etnológico que recogiera las características que nos han convertido en una nación envidiada y admirada por la gran mayoría del universo. Tras siglos oprimidos por una España casposa, fascista e intolerante, estamos a un tris de conseguir la libertad total gracias al espíritu cívico de una sociedad tolerante, culta y ejemplar.
Gracias al mejor alcalde que nunca tuvo, y que nunca tendrá, la capital de nuestra nación, hoy inauguramos el museo que representará las esencias del pueblo catalán. Xavier Trias, gracias por tu visión, por tu anhelo de libertad, por tu amor a una nación más que milenaria que al fin ha recobrado su tradicional ‘seny’ gracias a aplicar la ‘rauxa’ contra el país opresor que nos atenazaba como un corsé de titanio.
Yo, Artur Mas, a un paso de conseguir que nuestro pueblo tenga el Estado que se merece, inauguro este museo, del que nuestro prestigioso conseller de Cultura, el siempre progresista y siempre culto Ferran Mascarell, pasará a detallar los elementos más relevantes de su contenido. Procede, con orgullo de almogàver, Ferran y asombra al mundo con las muestras del poderío de nuestro pueblo:
-Las rodilleras de Jaume Sobrequés, desgastadas de tantas demostraciones de afecto a nuestro querido president.
-La lengua incorrupta de Pilar Rahola, más valiosa para nuestra causa que una flotilla de cazas a reacción.
-Las chancletas playeras de David Fernández, con pegatinas del Che Guevara y de Núria Feliu.
-La trilogía fecundadora de nuestro país: los testículos del toro Sultà, la colección completa en VHS de “Les excursionistes calentes” y un molde en oro de veinticuatro quilates del miembro de Joel Joan en reposo.
-Las bolsas de basura de Jordi Pujol Ferrusola.
-El molde en hormigón armado de la faz del alcalde que contrató a Marta Pujol Ferrusola.
-Las gafas de los lunes del gafapasta que siempre acompaña a Artur Mas.
-La pistola con la que se voló los sesos el logopeda de Xavier Trias.
-La botella 100.000 de Moët Chandon abierta por Joan Laporta.
-La chaqueta decorada con motivos de Heidi y Ronald Reagan con la que Xavier Sala i Martín acudió a un simposio en Guinea Ecuatorial.
-El cine Exin en el que Isona Passola proyectó “L’endemà” en la casa de Josmar.
-El rasca-rasca con el que Toni Soler ganó la plaza de Comisario del Tricentenario en Barcelona.
-La cassete con los cánticos de la barra brava de Boca Juniors que inspiran a Mònica Terribas cada mañana antes de comenzar su programa en Catalunya Ràdio.
-Los calcetines con ligas, decorados con la estelada, de Francesc Homs.
-El pastillero con la estelada esmaltada que contiene las cápsulas anti-desmayo de Xavi Hernández.
-El monedero de Montserrat Tura con su carnet caducado del PSC y la foto de Heribert Barrera.
-El kit de peluquería de Dora la Exploradura de Marina Geli.
-El tonel de ratafía en el que Joan Tardà se cayó cuando era niño.
-La tarjeta de cliente preferente de Cortefiel de Artur Mas.
-El estuche gold edition para coleccionistas de “Aprende a bailar y triunfar como Tony Manero” de Gerard Piqué.
-Los planos para construir una base secreta china de submarinos nucleares en Calella de Palafrugell.
-La factura de la whiskería en la que se planeó el simposio “España contra Cataluña”.
-La servilleta en la que Joaquim Nadal firmó por la Casa Gran del Catalanisme.
-La carta que Isona Passola dirigió a la Academia de Hollywood para que “L’endemà” optara al Óscar al mejor documental.
-Los calzoncillos de cuero negro de Duran i Lleida.
-El traje de “miquelet” honorario de Artur Mas, con bolsillos con doble fondo.
-La caja del click de Famobil independentista que fue mandado a la Luna para poner la estelada en su cara visible.
-El cheque de la subvención anual de la Generalitat para CC.OO y UGT.
-La ouija en la que los espíritus de Marx y Lenin le dijeron a Joan Herrera que debía apostar por el Dret a decidir.