¿Qué mejor manera de cerrar este 2014, un año desagradable, en el que los patriotas se han comido y se han bebido a costa nuestra toda la pasta pública que debería haber ido a la sanidad y la educación, que acabar con una lista de deseos para el 2015? Por supuesto, cargados de las mejores intenciones, porque son fechas en las que hay que primar los buenos pensamientos. Que para los malos ya tenemos el resto de año a TV3 y a Mikimoto.
Deseo que a Toni Soler al fin le den el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Pionyang y que pueda cumplir su sueño: que el bello y culto líder de la Revolución Norcoreana, el Gran Timonel que guía a su pueblo, le entregue el birrete que le acredita como un académico de talla mundial gracias a su eficaz y plural gestión de los actos del Tricentenario.
Deseo que Jaume Sobrequés siga organizando simposios de gran calidad académica para seguir asombrado a la comunidad científica mundial
Deseo que a Isona Passola le den un Oscar. Pero no los que tiene en su casa, comprados en los bazares chinos con las inscripciones "A la amiga más simpática", "A la mejor hija" o "A la productora más guay". Uno de verdad. Con paseíllo por la alfombra roja. Y que sea el Oscar a la mejor comedia por 'L'endemà'. Una peli que es de mucho reír, y que hasta sedujo a los inmortales Pajares y Esteso, que se ofrecieron para rodar la segunda parte.
Deseo que a Artur Mas le traigan un perrito piloto de tamaño natural. Que tenga voz, movimiento y sepa cantar 'L'estaca'. Sería el mejor portavoz del Govern que podría tener, y así podría destinar a Francesc Homs a su misión natural, la de sexador de delfines. Los periodistas se extrañarían al principio que subiera notablemente el nivel de las ruedas de prensa, pero pronto se acostumbrarían.
Deseo que a Mònica Terribas la nombren locutora de la radio oficial de la barra brava de Boca Juniors. Su estilo objetivo y mesurado triunfaría entre estos aficionados templados y de carácter apacible. Como profesional de la comunicación disfrutaría mucho organizando tertulias plurales con nueve aficionados de la peña 'Hell bosteros' y un abuelito de noventa años seguidor de River.
Deseo que a Joan Ignasi Elena le otorguen el máximo honor que pudiera desear: que una caja de galletas Birba, las más representativas de la Cataluña catalana, fuera expuesta, en plan ready-made duchampiano en el MOMA de Nueva York. Y que el bueno de Ignasi fuera el comisario de la exposición, que sería inaugurada por Barack Obama mientras ambos comparten un rico barquillo y hablan sobre el futuro de la humanidad.
Deseo que Jaume Sobrequés siga organizando simposios de gran calidad académica para seguir asombrado a la comunidad científica mundial. Tras el 'España contra Catalunya' no puede faltar 'El gato andaluz contra Pixie y Dixie', el imprescindible 'Los marcianos nos invaden' y el apasionante 'Escucho voces a mi alrededor'.
Deseo a Joel Joan que sea el presidente de la futura creada Academia Nacional de Sementales. Tras haber consolidado los premios Gaudí, ahora le toca impulsar los Cigala, el galardón que premiará a los catalanes-catalanes que sirven a la patria fecundando a mayor número de catalanas-catalanas.
Deseo que a Pilar Rahola le regalen un micro para ella sola. Y un lápiz.