Se han cumplido ya treinta años del primer Congreso Federal del Partido Reformista Democrático (PRD) que congregó en Madrid a unos 2.500 delegados. No produjo nada que celebrar, pero nos podemos preguntar qué fue de todo aquello y para qué sirvió. Esas siglas apenas sobrevivieron dos años, y en las elecciones generales de 1986 lograron unos 200.000 votos y ningún escaño. Sus promotores acumularon entonces una descomunal deuda económica que la generosa banca condonó. ¿A cambio de qué?
Aquella operación sirvió para que CiU sacara un 50 por ciento más de escaños en el Congreso de los Diputados y se hiciera con el voto de la UCD en Cataluña
Aquello se hacía a lo grande, incluso tenían himno, y su letra decía, según leo: "Venimos a trabajar con las dos manos, sereno el corazón y alta la vista, por una España de pueblos y de hermanos que esperaba el Partido Reformista. Venimos con la libertad como bandera, nuestra meta común es el progreso. De las victorias, la primera es hacer de España un país moderno".
Pero, qué le vamos a hacer, aquella planta nació borde: a uno de los valedores del PRD, el Innombrable, este afán le escocía. Y en sus memorias dictó esta imborrable maravilla: la modernización de España no ayuda tal vez a que ésta acepte mejor a Cataluña, sino que la hace más difícil. En la reciente biografía oficial 'Antonio Garrigues Walker' (Península), escrita por Carlos García-León y Borja Martínez-Echevarría, se dedican unas páginas a la Operación Roca, en la que se integró Garrigues. Se cuenta el almuerzo convocado por Florentino Pérez en mayo de 1983, medio año después del histórico triunfo del PSOE, para lanzar un partido en torno a Miquel Roca, "el rostro de un nacionalismo moderado y dialogante". Este aceptó ser el cabeza de cartel del nuevo partido para las generales de 1986, pero yendo en las listas de CiU y sin militar en el PRD. Ale Hop. Además de la gran banca, Alberto Alcocer y Alberto Cortina, Mario Conde y Juan Abelló "hicieron importantes aportaciones de su propio bolsillo".
Suárez rechazó incorporarse a aquel montaje y el actual presidente del Real Madrid se plantó ante él con una encuesta que auguraba 19 diputados para el PRD y ninguno para el CDS (justo al revés de lo que ocurriría). Le ofreció el oro y el moro. Viendo que todo era inútil, Florentino le dijo que había hablado con Rafael Termes y que los bancos no pensaban dar crédito al CDS: "Sin dinero no puedes hacer campaña, y sin campaña no sacarás diputados. Y tú lo sabes, Adolfo". Sin embargo, el duque siguió en sus trece.
Aquella operación sirvió, en cambio, para que CiU sacara un 50 por ciento más de escaños en el Congreso de los Diputados y se hiciera con el voto de la UCD en nuestra Comunidad. En Cataluña se vendió el fracaso del PRD con el 'hecho' de que a los catalanes no nos quieren en el resto de España; la desafección promovida. Se repitió hasta la saciedad que TVE había escogido emitir de forma aviesa los actos electorales de Roca hablando sólo en catalán. Enric Sopena, director de informativos de la televisión pública, mostró en su momento "un télex de Convergència exigiendo que Roca saliera hablando catalán con subtítulos en castellano". ¿Pero quién lo sabe o lo tiene en cuenta? Al contrario, todos creímos la primera versión, la falsa. En la vida estamos rodeados de trampas y hay que estar en guardia para que no nos enreden.
En Cataluña se vendió el fracaso del PRD con el 'hecho' de que a los catalanes no nos quieren en el resto de España; la desafección promovida
La noche del desastre electoral del PRD y del exitazo pujolista, Roca voló a Madrid en avión privado para dar la cara en el hotel. Cuando un dirigente reformista saludó a la mujer de Roca, con un "¿qué tal?", ésta le contestó algo así: "Nosotros muy contentos con lo de allí, pero muy preocupados por lo vuestro de aquí". ¡Ay, lo vuestro!
En su nuevo libro, 'Psicotrampas' (Paidós), el psicólogo Giorgio Nardone reivindica la amabilidad como un viejo modo eficaz de desarmar a los maleducados, pero aconseja no caer en el deseo de aclarar las cosas con quien es un probado desleal, ya que "volverá a suceder lo mismo, incluso tras la aclaración más eficaz". ¿Qué podía testimoniar un chasco como el de la señora Roca? Además de franqueza, un desapego superior. ¿Pero es evitable ser un tonto útil?