El PSC, tras su eclosión interna y su empeño en el suicidio político asistido, ya no es útil al conglomerado nacionalista-soberanista y el siguiente trágala será los de Podem, que serán los timoneles que volverán a tomar el pelo a miles de catalanes. Alguien ha de pastorear a las masas no nacionalistas y castellanohablantes, o a los que gustan pensar en clave cosmopolita e internacional, y no tribalista. Que para la ‘izquierda’ que se reúne cada noche alrededor del fuego para venerar a los dioses ancestrales del grupo ya están los de las CUP, los de Esquerra y, tras cambiar la bicicleta por la estelada, los de Iniciativa y Esquerra Unida i Alternativa.
¿No habrá nunca en Cataluña una izquierda de verdad, republicana y social, pero que le importe una mierda el nacionalismo burgués, que es el que ha mandado, manda y mandará en Cataluña?
Podem ya nos vende el rollo, que ya llevamos treinta y cinco años escuchando, de la comprensión con el ‘dret a decidir’ y los ‘drets nacionals’, porque sus líderes son tan nacionalistas como Artur Mas. Otra tomadura de pelo, Marc Bartumeu y Gemma Ubasart tienen cara de Raimon Obiols, de Joaquim Nadal, de Montserrat Tura, de Ernest Maragall, de Rafael Ribó, de ‘progres’ que nos prometen ‘derechos sociales’, pero la verdad es que solo les interesa la ‘patria’.
Podem es como Ada Colau, esa activista que “no iba a entrar en política” y no quiere condicionar a nadie, pero se harta de decir por activa y pasiva que lo que a ella le mola es el ‘sí-sí’. ¿No habrá nunca en Cataluña una izquierda de verdad, republicana y social, pero que le importe una mierda el nacionalismo burgués, que es el que ha mandado, manda y mandará en Cataluña? ¿Por qué cualquiera que vaya de izquierdista en estos lares se apunta enseguida a la ‘casta’? Porque en Cataluña la gran mayoría de la ‘casta’ es nacionalista.
Pablo Iglesias, tal y como hizo Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero dejará a sus cachorros nacionalistas que lleven la sucursal catalana sin poner demasiados problemas. Votos a cambio de barra libre para volver a engañar a los que solo quieren dar apoyo a una opción de izquierdas que le diga al nacionalismo que no, que no les compra el discurso, que quieren defender a la gente por encima de la senyera o la estelada. Que en Cataluña hacen falta menos patriotas y más defensores de los derechos sociales. Pero no será Podem quien juegue este papel.