El viernes avisé de ello: pronto veríamos la aplicación de la doctrina Carod. La #CATverna, si me permiten esta expresión tuitera, ha cumplido con una rapidez que no deja lugar a dudas. TV3, más actual que nunca. Puro news, en el sentido estricto de la palabra.
Este martes el programa Els Matins de nuestra reconocida y reconocible La Teva nos deleitó con cinco tertulianos haciéndose felaciones en ausencia de cualquier mirón "unionista", y lo digo con la máxima envidia ex oficio del camarógrafo todoterreno. Oh, pido perdón por mi androcentrismo, en realidad era todo un cunnilingus masivo a la estimada Marta Alòs (o Mar Talòs, tanto monta), alias la feixisteta, por su extática exclamación de "quinta columna". La Sra. Talòs es una carodiana avant la lettre, eso tiene mérito y merece aplauso. O bien, como en el caso dado, cierta atención a sus partes sensibles.
España, fuerza extranjera en Cataluña, eso te garantiza mucho movimiento en las bragas de todo indepe que se precie
Ella sabe identificar al traídor, su vanguardismo en claridad evoca tiempos profundos. Talòs es la grande dame del arte de señalar con el dedo al indeseable. Lo dije el viernes: después del artículo protofascista de Carod, otros vendrían a dar nombres, en este caso los de Societat Civil Catalana y sus líderes, y les pondrían la marca de la bestia. Hay cosas en las que el Carod post-Perpiñán sigue siendo infalible. Mar Talòs estableció, una vez más, que hay catalanes que trabajan de estranquis para un poder extranjero, pecado literalmente mortal ("tóxico", según una tal Selva ahí presente) en todos los casos en los que la expresión "quinta columna" se pronunció muy en serio. España, fuerza extranjera en Cataluña, eso te garantiza mucho movimiento en las bragas de todo indepe que se precie.
Suerte que las medidas sugeridas contra tales indeseables se agotasen esta vez sólo en la repetida mención de "misericordia" por parte de un señor de cuyo nombre no quiero acordarme, porque daría demasiado lugar a juegos de palabra. Si hay un misericordioso, este soy yo.
Suerte también que la presentadora diera por terminado el sexo en grupo justo antes de que derivara en simples gruñidos, ahorrándonos también esas penosas preguntas tipo "¿te corriste?" o "¿fui bueno?". Vale no poner tanto en evidencia la absoluta ausencia de voces discrepantes, TV3 es una televisión púbica que se precia. Es justo lo suficientemente innovadora como para redifinir el sentido del horario infantil: la prole está en el cole, y endavant les atxes. ¡Cuánto nos iluminaron! Y todo sin cortarse ni un pelo.
Cinco demócratas entre sí, y millones disfrutaron al módico precio de un pequeño porcentaje de sus impuestos. Casi gratis. Lo que faltó es el elemento de la internacionalización, y por eso vaya aquí mi último deseo: hay que repetir, pero en inglés. El mundo tiene que saberlo.