Tiene suerte de que lleva toda la vida en política y está acostumbrado a las cuchilladas traperas, pero al alcalde de Barcelona, Xavier Trias, no le ha gustado nada que al día siguiente de las elecciones europeas, el diputado de ERC Alfred Bosch haya anunciado que quiere disputarle el cargo el año que viene.
Y, sobretodo, no le ha gustado porque los resultados de estas elecciones han situado a ERC como primera fuerza política en Barcelona. Tanta obsesión en hurgar en la herida de las contradicciones en el seno del PSC y será ERC quien le acabe descabalgando de una alcaldía que a CiU le costó más de 30 años conseguir desde la recuperación de la democracia.
CiU se encuentra, ahora, en una disyuntiva de solución imposible. O renuncia a continuar apostando por la independencia o se resigna a perder gran parte del poder que tiene actualmente en Cataluña
CiU se encuentra, ahora, en una disyuntiva de solución imposible. O renuncia a continuar apostando por la independencia o se resigna a perder gran parte del poder que tiene actualmente en Cataluña. Sus cargos ya se van haciendo a la idea de que serán la muleta de ERC en los ayuntamientos, diputaciones e incluso el Gobierno de la Generalidad. Si mantiene el rumbo marcado por Artur Mas hacia la separación de España, que Oriol Junqueras ha datado en 2016, el tándem en los gobiernos locales que hasta ahora era CiU-ERC pasará a ser ERC-CiU.
Es decir, Xavier Trias podrá ser, si quiere, teniente de alcalde de Alfred Bosch después de las elecciones municipales del año que viene. Eso es lo que acaba de decirle ERC a CiU por boca de su diputado en el Congreso y ahora aspirante a alcalde de Barcelona.
Salvador Esteve, presidente de la Diputación de Barcelona, ya puede empezar a hacer las maletas, no sólo como máximo responsable de la corporación provincial sino como alcalde de Martorell. Y, como él, centenares de cargos de la coalición que preside Artur Mas. Un precio importante a cambio de alcanzar la independencia de Cataluña.
¿Están dispuestos a pagarlo? Lo veremos en los próximos días.
Las esperanzas de los partidos de izquierda de romper esta dinámica pasan porque ERC recupere algún día las preocupaciones sociales que hace tiempo que arrinconó en provecho de la anhelada independencia. Hasta 2016, sin embargo, parece que no hay que hacerse muchas ilusiones de que Oriol Junqueras le quite el polvo a la 'E' que encabeza el nombre de su partido.