El consejero de Interior lo ha dejado claro. El caso de la agresión a Pere Navarro no tiene nada que ver con el proceso soberanista. Que la agresora insultara y agrediera al líder socialista por tener la senyera sucia en el balcón del Ayuntamiento cuando era alcalde no tiene nada que ver. Que su yerno sea concejal de CiU en Sant Cugat, tampoco. Por cierto, es teniente de alcalde de Economía y regidor de Hacienda, además de presidente de la Comisión de Economía de Unió. Además, ella no le pegó, sólo ha faltado decir que Pere Navarro le zurró con la cara a su puño. Caso cerrado.
No se disculparán, no se crean. Seguirán retozando en las cloacas. Es su hábitat habitual
El líder socialista exageró la nota por interés claro. Sólo espero que el ridículo Quim Monzó pida disculpas después de pintarrajearse –intentando simular ser una mujer- y autoinculparse como responsable del ataque. O que el tipo este de las chaquetas horteras pida disculpas después de identificar a la agresora como a una amante de Navarro. No se disculparán, no se crean. Seguirán retozando en las cloacas. Es su hábitat habitual.
Otra cosa es el Pi de les Tres Branques, desde este martes, de dos. Ha merecido portada de diarios –los que nunca han publicado fotos de locales atacados con la filosófica y bienintencionada palabra "feixistes" o decorados con dianas que marcan el objetivo del disparo- y comentarios llenos de rabia por el ataque al símbolo del catalanismo. Tertulianos y columnistas bien subvencionados se han rasgado las vestiduras para denunciar el ataque.
La fiebre nacionalista llevó a más de uno a meter la pata hasta el cuezo. Ejemplo, Tremosa, candidato de CiU, envió un tuit ceremonioso y desde el corazón: "la voluntad de un pueblo, como la naturaleza, rebrota". Lástima que el Pi esté muerto desde 1913. Lástima que el candidato no haya reparado en la cuestión. Lástima que no lo supiera. Lástima que haya hecho el ridículo. ¡Y luego dicen que Cataluña no está enferma!