Y ahora de nuevo recuerdo en febrero de 2005 cuando luchaba a cara descubierta y desde el gobierno local por el desmantelamiento de la Central Térmica de Cubelles: y sólo me arrepiento de los disgustos que le provoca al también mi respetado alcalde Josep Marcillas. Junto a compañeras valientes como Pilar González, María Trives y Anna Barceló exigíamos, a través de la Plataforma StopEndesa, un posicionamiento claro de las instituciones de la comarca y del país. Y pedíamos:
- Instar a los Ayuntamientos y los Consejos Comarcales del Garraf, Alto y Bajo Penedés a trasladar sus posicionamientos contra la construcción de nuevas centrales térmicas en nuestras comarcas en el Parlamento autonóimico de Cataluña para poner fin a la presencia en Cubelles de una industria altamente contaminante que, impuesta en plena dictadura franquista, no puede recibir ahora la bendición del conjunto de fuerzas ecologistas y progresistas.
Desaparece así de Cubelles una instalación impuesta, como herencia del franquismo más rancio y mezquino, que además de maltratar la dignidad y el proyecto de futuro de Cubelles en los setenta, deja un rastro de contaminación indeseable
Hacíamos esta petición mientras Endesa pretendía engañarnos de nuevo con un doble-ciclo combinado sobre un territorio que venía soportando el oprobio de la imposición franquista de descuartizar el espacio físico y la relación social, política y económica de Cubelles desde hace cuarenta años. La construcción de la Central Térmica consolidó y engordó el modelo de división social y enfrentamiento político que venía inoculando lo peor de lo peor a la convivencia del municipio desde hace más de dos siglos atrás. Y los artífices de la construcción de la Central en Cubelles a mediados de los años setenta hipotecaron, menospreciaron y manipularon la voluntad popular del momento y de las generaciones futuras destruyendo toda expectativa para el pueblo que hemos pagado y pagaremos aún hoy muy caro.
Fuentes populares bien informadas confirman, muchos años después del combate personal y político de StopEndensa, el cierre de la Central Térmica de Foix. La sección sindical interempresas CCOO Grupo Endesa ha emitido una nota que circula ampliamente por Cubelles donde se afirma -con fecha 24 de abril de 2014- que la dirección de la empresa se ha dirigido al operador del Sistema Energético Nacional para notificar que la Térmica de Cubelles "pasa a un estado de indisponibilidad definitiva" y que procede a aplicar un plan de "cierre y desmantelamiento de las instalaciones".
Desaparece así de Cubelles una instalación impuesta, como herencia del franquismo más rancio y mezquino, que además de maltratar la dignidad y el proyecto de futuro de Cubelles en los setenta, deja un rastro de contaminación indeseable. Según el Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes citado desde hace años por el Frente anti-térmica Cubelles y Cunit, la emisión contaminante de la Térmica que ahora muere ha sido anualmente de 600.000 toneladas de dióxido de carbono (C02), entre 500 y 1200 toneladas de óxidos de nitrógeno (N02) , unas 1000 toneladas de óxido de azufre (S02), 70 toneladas de partículas (PM10, 2003) y 5 toneladas de fósforo vertidas al agua (2005). Todo eso hemos respirado en Cubelles y en la comarca en este tiempo.
Todo eso nos hemos tragado desde la soberbia y el egoísmo letal de las postrimerías del franquismo hasta hoy que la Central Térmica de Cubelles anuncia su fin.
Pero alerta. Debo tener aún presente la resolución de 13 de diciembre de 2010 de la Secretaría de Estado de Cambio Climático a través de la que se formula la declaración de impacto ambiental del proyecto de sustitución del grupo generador de la Central Térmica de Foix por un nuevo grupo de ciclo combinado de 500 MW eléctricos en el término municipal de Cubelles.
Y aquí radica en pervesión mantenida: veremos desmantelar el actual cubo de la Central Térmica, pero cuidado, la compañía no renuncia a su "base de negocio" pasando por delante del deseo y del futuro de Cubelles y su vecindario
La misma nota de CCOO que confirma lo que vox populi se anunciaba desde hace meses entre bares y peluquerías cita textualmente: "Es intención de Endesa mantener el emplazamiento como ubicación estratégica frente a necesidades futuras, disponiendo de los terrenos actuales para nuevas bases de negocio".
Ay! Y aquí radica en pervesión mantenida: veremos desmantelar el actual cubo de la Central Térmica, veremos desaparecer el ominoso símbolo de la imposición que representan los 175 metros de chimenea de la central, pero cuidado: la compañía no renuncia a su "base de negocio" pasando por delante del deseo y del futuro de Cubelles y su vecindario.
La Central Térmica se empezó a construir en 1975. Se integró en la red eléctrica en 1979. Pero desde 1972 ha partido por la mitad la voluntad de la ciudadanía de Cubelles de diseñar su futuro. Y cito el libro Los años de la posguerra y el auge turístico en Cubelles (1939-1970)", de Xavier Martínez y Juan Vidal, que narra el magnífico engaño que un promotor local hizo para comprar los terrenos donde ubicar la central inventando la mentira que era para un empresa turística urbanizadora de Mónaco. Y la mentira coló, porque no en vano desde 1966 anunciaba Cubellas, - sí, sí , con "a" - y especialmente Mas Trader, el diario La Vanguardia del 26 de marzo de 1966, como "el futuro urbanístico a la altura europea"; "Costa Dorada al alcance de todos los españoles".
Y aquella mentira interesada, sucia, aquella traición al bien común, aquel golpe en el cuello de la dignidad colectiva de Cubelles que ha condicionado y condiciona todavía hoy la evolución política, social y económica de Cubelles cuarenta años después se nos vuelve a hacer presente. Y nos sigue amenazando. Y lo hace con la misma perversa sutileza del destino, el día que anuncia la muerte y el entierro del ex alcalde de Cubelles, durante el período franquista de 1960 a 1973, Josep María Batet Rull. El hombre, el promotor local, que en 1972 compró los terrenos donde se instaló la Central Térmica. Exacto: aquel promotor tahúr para quien tal como citan elegantemente Martínez y Vidal "la frontera entre su condición de alcalde y corredor de fincas se confundía a menudo".
Descanse en paz.
Y mi pésame a la familia más directa, entre ellos mi madre.
Ah! Y para aquellos que a menudo me preguntan, mi opinión es conocida: los 175 metros de chimenea deben convertirse en escombros, y quien quiera que se la embolse como algunos hicieron con el muro de Berlín.