El "miércoles de ceniza" supone, para los cristianos, el momento del tránsito desde el tiempo de carnaval al de cuaresma. En la tradición bíblica, la ceniza significa lo mismo que el polvo, es decir, pecado y fragilidad, ya que tizna, es perecedera y no tiene valor. Los primitivos penitentes se ponían ceniza en sus cabezas para indicar públicamente que eran pecadores.

Las acciones judiciales respecto al Sr. Crespo tuvieron que ser archivadas puesto que la Consejeria de Salud no sólo no se personó en los Tribunales como perjudicada, sino que ayudó a Crespo en su defensa

La ceniza ensucia, aunque es más liviana y menos pegajosa que el barro y el limo y, probablemente por eso, para evitar la mancha indeleble de un acto meramente simbólico, fue escogida por los primitivos cristianos para ser introducida en sus ritos penitenciales: en los siglos IV y V la recibían en sus cabezas los "penitentes públicos", aquellos que habían roto con la comunión eclesial por ser culpables de pecados graves, como el homicidio, la idolatría y el adulterio. Desde el siglo VI, el rito de la ceniza del miércoles anterior al primer domingo de la cuaresma inaugura ese periodo de penitencia y conversión, y en siglo XI el Papa Urbano II extendió su uso a todos los fieles del mundo. El ”gesto de la ceniza” es un elemento simbólico más de una religión que redime la culpa con el rezo de unas simples plegarias, tras confesar arrepentimiento y propósito de enmienda que no es imprescindible cumplir para redimirse de nuevo.

Nuestros preclaros gobernantes, a los que tanto conviene ese fácil sistema de redimir la culpa, también han escogido la ceniza para cubrir, con un manto amplio y espeso, los carnavales que permiten que algunos sigan celebrando a pesar de que, ellos mismos y sus “enmascarados” amigos, han decidido imponer una penitencia cuaresmal de recortes ilimitados en las prestaciones sociales más básicas. Tampoco tienen reparo alguno en ungir sus bienpensantes cabezas con la ceniza anunciadora del tiempo de recortes, fingiendo una devoción que no practican, mientras toleran y ocultan carnavalescos desmanes a cargo del presupuesto público y facilitan disfraces, máscaras y caretas a los hipócritas que, públicamente, se dan grandes golpes de pecho mientras, en privado, se burlan impunemente de los penitentes ciudadanos e incluso de la Justicia, siguiendo la conocida norma del “haz lo que digo y no lo que hago”.

Una de estas contribuciones permisivas al mantenimiento del carnaval permanente, a pesar del obligado ayuno cuaresmal decretado para los que no disponen de su particular bula “amical”, queda patente cuando los organismos que deberían personarse judicialmente en defensa del interés público, declinan tal posibilidad. Así, por ejemplo, podemos recordar que las acciones judiciales respecto al Sr. Crespo, tuvieron que ser archivadas puesto que la Consejeria de Salud no sólo no se personó en los Tribunales como perjudicada, sino que ayudó a Crespo en su defensa. Todo ello a pesar de las patentes irregularidades evidenciadas en el informe de la Sindicatura de Cuentas, que durante largo tiempo fue celosamente mantenido en secreto, respecto las lucrativas actividades del Sr. Crespo, y algunos de sus amigos y allegados, mientras era diputado por CiU en el Parlamento de Cataluña y exalcalde de Lloret de Mar.

Tenemos otro ejemplo similar en la doble retribución percibida por el Sr. Cuervo, el que fue exteniente de alcalde de Barcelona y exdelegado del Gobierno catalán en Madrid durante el gobierno tripartito, además de haber ejercido otros muchos cargos relevantes en la Sanidad catalana. El Sr. Cuervo, al cesar en su último cargo público en Madrid tras las elecciones en las que el PSC tuvo que dejar el gobierno catalán, solicitó el reingreso en la plaza de funcionario del Instituto Catalán de la Salud (ICS) de la que, durante su larga trayectoria política, había estado excedente. Una vez reingresado, y de forma conjunta con el Sr. Varela, en aquel momento gerente del Hospital de San Pablo, solicitaron al ICS la adscripción funcional de Cuervo al San Pablo, cosa que el ICS aceptó pero, a pesar de que la resolución autorizante dejaba bien claro que la retribución iría a cargo del órgano de origen (es decir: del ICS), fue retribuido también por Varela con cargo al San Pablo, aún a sabiendas de que el ICS también le retribuía por esa misma tarea: dos salarios y un solo puesto de trabajo. La imputación respecto a ambos, ahora ya acusación, es por un delito de estafa, y el perjudicado directo es el organismo público ICS el cual, a pesar de haber sido notificado judicialmente, no ha comparecido en ningún momento en defensa del interés público al que, en teoría, representa y al que debería defender. El juicio está previsto para finales del mes de abril; veremos si, a diferencia de lo que han hecho durante la instrucción, los responsables del ICS se deciden a comparecer o, en el caso de que lleguen a hacerlo, si lo hacen para exigir responsabilidades o para renunciar a exigirlas. ¿Alguien se atreve a hacer apuestas?

No sólo se trata de que los responsables de los organismos públicos que han sido defraudados no ejerzan las acciones legales que deberían ejercer, sino que las minutas de abogados y los gastos de la defensa de esos presuntos delincuentes corren también a cargo del erario público

Pero es que la cosa no se limita sólo a permitir que los que disponen de esa bula “amical” puedan seguir disfrutando de sus alegres fiestas carnavalescas; es que, además, parece ser que los farolillos y el confeti lo pagamos también entre todos los ciudadanos condenados al ayuno y a la penitencia cuaresmal. No sólo se trata de que los responsables de los organismos públicos que han sido defraudados no ejerzan las acciones legales que deberían ejercer, sino que las minutas de abogados y los gastos de la defensa de esos presuntos delincuentes corren también a cargo del erario público. Baste recordar que, como ya se publicó hace unos meses, el levantamiento del secreto de una de las piezas separadas del caso Innova permitió conocer que el abogado del Sr. José Prat (exdirector general de Innova y expresidente del ICS) había remitido diversos correos al Sr. Boi Ruiz, Consejero de Salud, con copia al Sr. German Gordó, entonces Secretario del Gobierno y ahora Consejero de Justicia, reclamando el pago pendiente de sus minutas en relación a las actuaciones efectuadas en defensa del imputado Prat.

También vale la pena recordar que, en febrero del 2013, el Sr. Ruiz alabó públicamente “la labor extraordinaria” realizada por Prat al frente del Instituto Catalán de la Salud, y calificó de “factor anecdótico" los pagos irregulares que, en ese momento, llevaron a la Guardia Civil a arrestarlo, junto con el Sr. Carlos Manté, exdirector general del CatSalud. Ambos están imputados por diversos delitos (malversación, estafa, tráfico de influencias, negociaciones prohibidas a funcionarios, blanqueo y delito contra la hacienda pública…) y el número de imputados crece exponencialmente a medida que el juez va levantando el secreto sumarial de las múltiples piezas en que ha dividido el caso, afectando a políticos, funcionarios, concejales y empresarios, tanto de Cataluña como de fuera de ella. En resumidas cuentas: “anecdótico”, como decía Ruiz.

Son sólo algunas muestras del carnaval continuo que, de forma más o menos oculta, se viene celebrando en la sanidad catalana, a pesar de que la austeridad impuesta por los que mandan, que no gobiernan, es progresiva e ilimitada, sobre todo para los menos favorecidos.

No es de esperar que aunque se unjan públicamente con ceniza, tengan intención alguna de redimirse ni de cumplir penitencia. Aunque habituados como están a las máscaras y a las caretas, ¿qué mejor disfraz para estas fechas que un buen capirote? *.

 

* El término capirote puede hacer referencia a:

• Capirote, sombrero puntiagudo que se colocaba al reo de pena capital cuando era conducido al cadalso.

• Capirote, sombrero en forma de cucurucho que llevan los nazarenos y algunos miembros de Cofradías en Semana Santa.

• Capirote, sombrero cónico de cartón que se coloca para provocar escarnio público (tonto de capirote).

• Capirote, caperuza que en cetrería se pone a las aves rapaces.