La Comisión Obrera Nacional de Cataluña firma un convenio con la Asamblea Nacional Catalana. Parece mentira pero es verdad y en realidad no es tan extraño.
¿Es un convencimiento del movimiento sindical en Cataluña lo del "derecho a decidir"? ¿Son nacionalistas los afiliados de los sindicatos? O, como he argumentado en otra ocasión ¿es parte de la estrategia nacionalista?
Los sindicatos en Cataluña, al igual que los partidos políticos de izquierda, han asumido la norma de que sus direcciones las conformen nacionalistas y eso ha contado con el beneplácito acomplejado de las direcciones de dichos sindicatos y partidos estatales. La única excepción fue la de Justo Domínguez, que fue secretario de UGT Cataluña entre 1983 y 1990, y que, según relató Olegario Ortega en su funeral, se quedó enganchado a la brocha mientras pintaba, pues le quitaron la escalera. Se notaba que no estaba en la cuerda nacionalista.
En el acuerdo entre Joan Carles Gallego y Carme Forcadell la clave, cómo no, está en la defensa del derecho de autodeterminación o, como gusta de llamarlo el separatismo, "derecho a decidir". Y la Forcadell añade "que el avance nacional es inseparable del avance social", mantra repetido por toda la izquierda catalana oficial y alternativa: véase la "anticapitalista" Esther Vivas o la monja "constituyente catalana" Forcades o los chicos de la CUP con su diputado Fernández. "Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad" dijo Lenin y repitió Goebbels.
¿Es un convencimiento del movimiento sindical en Cataluña lo del "derecho a decidir"? ¿Son nacionalistas los afiliados de los sindicatos? O, como he argumentado en otra ocasión ¿Es parte de la estrategia nacionalista? Ocupar todos los segmentos ideológicos haciendo eso que los trotskistas llamaban entrismo o embebimiento en asociaciones, partidos, sindicatos, asociaciones de padres, de petanca, ONGs, casas regionales, clubes de futbol, de parchís, etc. Estrategia que tan buenos resultados les está dando. No es que los afiliados de CCOO y UGT sean secesionistas, no. Es que quien los representa públicamente si lo es.
Los postulados de las actuales direcciones de los sindicatos en Cataluña pretenden convertir a la clase trabajadora en la carne de cañón de un proyecto étnico de las clases que detentan el poder económico y político en Cataluña
Y eso implica que ha habido una aceptación de las clases trabajadoras de ser subsidiarias del nacionalismo, que ha aceptado las teorías "psuqueras" de integración y ascensión social que se han demostrado falsas, ya que ese sometimiento no ha conllevado una mayor participación o ascensión en la sociedad, si no todo lo contrario. Y en todo caso si se ha dado puntualmente es en base al abrazo enfervorecido del nacionalismo, véase como ejemplo público al que sustituyó a Justo Domínguez, el que se quedó la escalera: el asturiano Josep María Álvarez. Solo hay que revisar los apellidos de los diputados en el Parlamento autonómico de Cataluña y especialmente en las listas del PSC e ICV-EUiA. Montilla es el paradigma del "charnego agradecido" más nacionalista que nadie. Hay que hacerse perdonar. ¿Perdonar qué?
Fui afiliado y delegado de CCOO desde la transición hasta que las abandoné para crear en 2003, con un grupo de críticos de Barcelona, el sindicato COBAS del que también marché en 2012 por sus posiciones pro-nacionalistas. Creo en la necesaria organización de los trabajadores a través de sindicatos de clase que defiendan sus intereses. Pero los postulados de las actuales direcciones de los sindicatos en Cataluña pretenden convertir a la clase trabajadora en la carne de cañón de un proyecto étnico de las clases que detentan el poder económico y político en Cataluña. A eso se le llama hacer de palanganero. Solo faltaba este acuerdo en el que se comprometen a realizar reuniones y otros eventos para extender el susodicho "derecho a decidir". Es decir, hacer pedagogía del secesionismo.
Está llegando el momento en que hay que poner en entredicho la democracia interna del sindicalismo y si las direcciones actuales cumplen su función de sindicación de los intereses de las clases trabajadoras. No solo en Cataluña.