Pensamiento

Setenta y dos butifarres amb seques

17 enero, 2014 08:53

Es que, encima, habrá que darles algo. Y lo dice gente cuyo raciocinio suele rebasar la media. Para mí que han acabado abducidos por el discurso nacionalista. Les explico. Tengo un amigo para nada nacionalista, y menos, independentista. Pero está convencido de que nos quedan dos opciones: mantener unida a España "por la fuerza" de la legalidad constitucional, fuerzas armadas o el código penal, o hacer algo creativo, capaz de "hacer girar la situación y que la mayoría de catalanes que están por la secesión vuelva a considerar atractiva la idea de un país unido". Vamos, sacar de la chistera un conejo irresistible.

No puedes beneficiar a una comunidad sin beneficiar a las personas que viven en ella, con el lógico agravio comparativo. ¿No es mejor buscar soluciones razonables antes que consagrar injusticias en estatutos nuevos y ordenaciones fiscales nuevas?

Hace tiempo que oigo esta historia. Me acuerdo cuando vino Salvador Cot, director de Nació Digital, a debatir con Arcadi Espada en un acto de UPyd. Nos desafió a encontrar un "relato ilusionante", algo que dejase arrobados a los ciudadanos para que abandonasen el sueño de la tierra de leche y miel que les ha prometido el independentismo. Mi amigo opina algo parecido. Que ideemos algo que esté a la altura de esas maravillas. Pero, ¿podemos hacer algo así? ¿Qué se nos puede ocurrir al mismo nivel de ximpleria? Le he respondido lo mismo que al señor Cot: "No tenemos esas setenta y dos vírgenes, lamentablemente". También los islamistas piensan que somos unos sosos, qué le vamos a hacer.

Mi respuesta le ha acongojado. Si no es así, estamos jodidos, dice. Para él, la fuerza independentista en Cataluña es una realidad más poderosa y complicada de controlar incluso que la del País Vasco con ETA. Ni se resuelve, ni se controla, ni se agota porque se apliquen las medidas legales que permite la Constitución. ¿Y qué se te ocurre, cuál sería la solución creativa?, le pregunto, sospechando la respuesta. Y, sí, es esa. La de siempre. Un nuevo sistema de financiación para la autonomía. No me esperaba otra cosa. El pasado día 9 de enero, el consejero de la Presidencia y portavoz del Gobierno autonómico, Francesc Homs, insistió en la necesidad de una propuesta por parte del Ejecutivo central para, ejem, solucionar el encaje de Cataluña en España. Y acusó al Ejecutivo de Rajoy de haber predicado "muchas palabras de amor pero nunca han hecho una propuesta". Vamos, la propuesta. Como dice mi amigo, mejorar la financiación de CCAA como la catalana haría posible que Cataluña pudiera actuar como locomotora para salir de la crisis.

Otra vez la locomotora. La locomotora es un dogma de fe inquebrantable. Hay territorios que son locomotoras ontológicas. Lo debe llevar la tierra. Una fuerza telúrica que no cambia con el tiempo. Y le digo: ¿Por qué estimular territorios y no personas? ¿O nuevos agregados de gente con posibilidades que surjan aquí o allá? Apretarle las clavijas a un empresario de Soria por no estar en el lugar adecuado, ¿sería aceptable? Y, ¿cómo extiendes esta filosofía a nivel europeo? ¿Privilegios fiscales para los alemanes? ¿Acabamos con la idea esa de la armonización fiscal y legal en Europa?

Pero me dice que no son "privilegios fiscales". No rompería la igualdad entre españoles, sería una negociación entre Gobierno y Gobierno autonómico. ¿Cómo modificas esto sin "romper la igualdad"? ¿Estableciendo la negociación "bilateral"? No puedes beneficiar a una comunidad sin beneficiar a las personas que viven en ella, con el lógico agravio comparativo. Y contesta: ¿Sirven de algo al conjunto de Europa los fondos de la comunidad que recibe Sicilia, o son fondos que se malbaratan entre la parte que se desvía hacia los bolsillos de mafiosos y políticos corruptos y la parte que se pierde en intentar remontar una economía que utiliza esos mismos fondos para mantenerse en un estado de subdesarrollo? Pues lo mismo que con Sicilia con varias CCAA españolas. No se puede tener en estado de hibernación a una Comunidad Autónoma de por vida mediante ayudas y subvenciones. Eso corrompe, lo vemos con el caso de los ERE y los PER. Eso perpetua la falta de desarrollo, crea redes de corrupción y redes clientelares.

Los que realmente importan, los que seguirán a lo suyo son "creyentes". No se conformarán. Y esa solución es injusta, ilegal y engorda (al bicho insaciable) porque lo que en realidad desean es el privilegio

¿Con qué CCAA españolas comparas Sicilia?, respondo, alarmada. Y, si están en "estado de hibernación", que dices tú, ¿no es mejor buscar soluciones razonables antes que consagrar injusticias en estatutos nuevos y ordenaciones fiscales nuevas? A ninguna sociedad le es fácil escapar al oportunismo del free rider, que aquí se expresa en forma de hábitos culturales demasiado asumidos o en la famosa picaresca hispana. Aprovecharse es una estrategia de supervivencia muy corrosiva, inmemorial en las sociedades humanas. Pero la única manera de luchar contra ella es con más igualdad, no con menos. Es decir que, pongamos por caso, si hay que mantener un PER, que lo tengan todas las CCAA. O que se quite ya si no ha obtenido resultados. Por no hablar del desvío de fondos para la "construcción nacional" local, la, para mí, mayor subvención de todas. No hacen faltan desigualdades para modular el flujo de ayudas a esas regiones y estimular el crecimiento o la "motorez" tanto de zonas consolidadas como de nuevas. ¿Para qué hacen falta negociaciones bilaterales y privilegios? ¿Para darles "argo" encima de que han metido la pata? Y me contesta enseguida. Sí, para darles algo, Teresa. Justo. Algo que pueda servir para hacerles cambiar de bando.

Tenemos que ofrecer las setenta y dos de lo que sea porque piensan eso desde convergentes moderados o arrepentidos a partes de la ciudadanía no nacionalista convencida de que sin echar un hueso, esto irá a peor. Lo malo es que el hueso es la columna vertebral completa. E inútil. Se ha creado tal desvarío que ni siquiera estamos en este estadio (¿lo estuvimos alguna vez?). Los que realmente importan, los que seguirán a lo suyo son "creyentes". No se conformarán. Y esa solución es injusta, ilegal y engorda (al bicho insaciable) porque lo que en realidad desean es el privilegio. Lo vuelve a repetir Homs, cuyo algodón no engaña: "Siempre es todo café para todos, no sea que alguien se moleste en el resto de España". Se trata de que hay gente con derecho a café y otros que no lo merecen. Y no es el mundo en el que queremos seguir, ni la Europa que queremos crear.