Pensamiento
¿Quién no se entera de en qué país vive?
Albert Rivera habló esta semana en el Forum Nueva Economía, en un desayuno en el hotel Ritz de Madrid que estaba petado de gente. Y no de cualquier gente. Aunque los canapés eran de salmón se cortaba mucho bacalao allí. Rivera no lo tenía fácil, como no lo tiene nadie en el Foro, menos si viene de lidiar en otras plazas tradicionalmente consideradas más blanditas.
Madrid es dura no porque sea mala sino porque es de pueblo. Hete aquí el gran misterio, la secretísima y envidiadísima fórmula mágica de la poción de los pitufos azules del centralismo: en Madrid todo el mundo es un poco más directo y más bestia porque todo el mundo es de pueblo. Porque todo el mundo viene o ha venido de otra parte. En la vida se ha inventado entelequia mayor que "Madrid" para describir un enemigo o justificar una política. Ese "Madrid" que algunos invocan como quien invoca al hombre del saco sencillamente no existe. No tiene entidad organizada.
Albert Rivera dijo en el Ritz lo que dice siempre, y agradó y hasta triunfó. Nadie le llamó por ello ni "catalán de mierda" ni le invitó a "irse a su casa"
En resumen, que Albert Rivera dijo en el Ritz lo que dice siempre, y agradó y hasta triunfó. Nadie le llamó por ello ni "catalán de mierda" ni le invitó a "irse a su casa". Como detalle anecdótico, se tomó después un café con su gente en uno de los bares del hotel y la señora que atendía el mostrador le sirvió con una sonrisa de oreja a oreja y al grito de: "¡Marchando un café para el futuro presidente del Gobierno!". Bueno, yo no sé si esa señora tiene una bola de cristal o tendría futuro en el CIS… pero es verdad que había alegría, mucha alegría, en el ambiente.
Qué diferencia con lo que le pasa a Albert Rivera cuando por ejemplo le hacen un tercer grado en 8tv dos ex directores de periódicos catalanes, Rafael Nadal y José Antich, y una tal Pilar Rahola. Me van a perdonar que resuma mi análisis político de aquello en una expresión muy sucinta: coño. Pues menos mal que Cataluña era el oasis donde se podía hablar y la pérfida "Madrid" era la Estrella de la Muerte. Después de la exquisita flor de Rahola sugiriendo que toda una profesional acreditadísima como es Susanna Griso entrevista a Albert Rivera "porque está enamorada de él" (tiene gracia esto dicho por una ninfómana mediática, que cuando militaba en ERC no dejaba que entrevistaran a nadie de su propio partido que no fuese ella…), va la señora y se lanza a tal nivel de ataque personal que el líder de Ciudadanos tuvo que recordarle algo tan elemental como que él es tan catalán como ella. Qué triste.
¿Desde cuándo un político catalán tiene más fácil la exposición y aceptación civilizada de su discurso en cualquier parte menos en la Barcelona cautiva y desarmada por el CAC?
¿De verdad son los chulazos españolazos los que no comprenden a Cataluña? ¿No será cierta gente, por no decir gentuza, la campeona de la incapacidad de entender en qué país realmente vive? ¿Desde cuándo un político catalán tiene más fácil la exposición y aceptación civilizada de su discurso en cualquier parte menos en la Barcelona cautiva y desarmada por el CAC? ¿Vamos a acabar todos a tiros por las Ramblas, como en Homage to Catalonia de George Orwell?
Y por si quedaba alguna duda: estelar la decisión del Gobierno Hipercatalán de incluir en el censo expresamente creado para su consulta a los catalanes que viven fuera de Cataluña... siempre que no residan en el resto de España. Es decir, el tan cacareado "dret a decidir" no es de aplicación como vivas en Vigo, Sevilla, Burgos o Madrid, como es mi lamentable y botifler caso. Toma diáspora en los morros. Toma exilio no ya interior sino exterior. Empiezo a pensar que habría que legalizar esta consulta por lo mismo que habría que legalizar las drogas, para controlar que no se venda en las puertas de los colegios. Es que es pura maldad en vena.