Pensamiento
Recomendación a los políticos no nacionalistas
Pasadas 48 horas desde el anuncio público del acuerdo entre CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP sobre la consulta me ratifico en lo dicho pocos minutos después de conocerse la pregunta. Para ratificarme aporto tres reflexiones: la euforia de los miembros de la ejecutiva de CDC, las contradicciones de ERC y el perfil bajo de Oriol Junqueras. Por último, la evidencia de que las plebiscitarias ya aparecen como objetivo final indisimulado de CiU.
Si de lo que se trata, de lo que siempre se ha tratado en el caso de CiU, es de volver a ganar las elecciones, al menos por ahora, me parece evidente que los que no somos partidarios de la independencia, ni amigos del nacionalismo, deberíamos concentrarnos en construir un alternativa política que ponga el énfasis en construir una Cataluña más rica, menos victimista y centrada en la calidad de vida de sus ciudadanos. Una Cataluña más democrática y mejor preparada para competir en un mundo global que, nos guste más o menos, es lo que nos va a tocar vivir en las próximas décadas.
Prometo no volver a hablar de la consulta. Que se aclaren con Rajoy. Cuando un niño pretende llamar la atención con una pataleta no hay que seguirle la corriente
Para ello, lo primero es dejar de ir a remolque de los nacionalistas. Prometo no volver a hablar de la consulta. Que se aclaren con Rajoy. Cuando un niño pretende llamar la atención con una pataleta no hay que seguirle la corriente. Las pataletas pretenden mantener a quien las realiza como centro de atención del resto de la familia.
Lo que yo haría, si tuviera alguna influencia, de la que carezco, es construir un relato político en positivo, centrado en contraponer a la ficción decimonónica de una Cataluña independiente una Cataluña para el siglo XXI fundamentada en fortalecer la economía productiva, asegurar un sistema político democrático y transparente, que se concentre en mejorar los servicios públicos básicos y evitar la exclusión social. Una Cataluña que rentabilizara sus activos, entre ellos su pluralidad. Que fuera capaz de definir su papel en un mundo globalizado. Que dejara de reescribir el pasado y construyera el único futuro posible y deseable. El de una Cataluña interrelacionada, potente, que deje de obsesionarse con crear estructuras de un Estado-nación, que ni se va a concretar, y que si lo hiciese sería muy perjudicial para la mayoría de catalanes.
Los nacionalistas utilizan la experiencia de éxito del Barça para reivindicar sus postulados. Precisamente, si algo nos enseña el Barça es justo lo contrario. El Barça no basa su éxito en el aislamiento en una liga catalana que no podría crear más que un Celtic bis. No basa su éxito en reivindicar la catalanidad de sus estrellas, como hace el Athlétic de Bilbao. Ni en obligar a Messi o Iniesta a perder sus raíces. Aprovecha jugar en una liga potente para ser atractivo para los mejores y ser líder mundial. Un buen ejemplo.
Cataluña no nació ayer. Amputarla y aislarla es degradarla. Construyamos una alternativa mejor. Dejemos de bailar al son que nos marca un telepredicador cuyo único objetivo es mantener el poder propio y el de su camarilla a costa de los intereses generales.