Cuenta la Biblia que Moisés condujo a su pueblo para hacer la travesía que les iba a llevar a la Tierra Prometida. Tuvieron que salvar un sinfín de parajes inhóspitos y Moisés tuvo que realizar innumerables milagros para aplacar la dureza de la travesía y esquivar infinidad de inconvenientes, incluidas las iras y desasosiegos de sus seguidores, hasta llegar al pueblo de Israel que Yahveh les había asignado. Cuando los hebreos llegaron a las puertas de la Tierra Prometida, Moisés sabía que no estaba lejos la hora de su muerte y le pasó el mando a Josué. Josué cruzó el río Jordán dejando atrás casi 40 años de permanencia en el desierto y los hebreos guiados por Josué entraron en la Tierra Prometida.
En su larga carrera política, Alfredo Pérez Rubalcaba ha ocupado infinidad de cargos. Así, por ejemplo, fue ministro de Educación y Ciencia y ministro de la Presidencia. Y ha sido diputado por Toledo, Madrid, Cantabria y Cádiz. En abril de 2006 fue nombrado ministro del Interior. En 2010 tomó posesión como vicepresidente primero y portavoz del Gobierno, conservando además sus responsabilidades en el Ministerio del Interior.
Rubalcaba es, sin duda alguna, un camaleón político, superviviente de mil batallas
El 27 de mayo de 2011 fue propuesto por el Comité Federal del PSOE como candidato a la Presidencia del Gobierno en las elecciones generales. Tras dimitir de todos sus cargos para preparar su candidatura encabezó las listas socialistas de los comicios de 2011. El PSOE perdió frente al PP, liderado por Mariano Rajoy. Obtuvo 7 millones de votos, lo que se tradujo en 110 asientos en el Congreso de los Diputados. Pero fue el peor resultado electoral a nivel nacional para el PSOE desde la restauración de la democracia.
Pérez Rubalcaba es, sin duda alguna, un camaleón político, superviviente de mil batallas. Pese a la derrota en las elecciones generales del 20 de noviembre de 2011, presentó su candidatura a la Secretaría general del PSOE, convirtiéndose de ese modo en el nuevo secretario general socialista tras vencer por 22 votos a la candidatura liderada por Carme Chacón.
Su hoja de servicios a la política española en general, y al socialismo en particular, es brillante. En esta última época, le ha tocado llevar a cabo la ingrata y difícil tarea de liderar su partido en la travesía del desierto que significa estar en la oposición. Eso le ha supuesto tener que lidiar con un Gobierno respaldado por una cómoda mayoría parlamentaria que, de una forma u otra, ha intentado cargar todos los desastres a beneficio de inventario del Gobierno anterior. A la vez que debía afrontar la insumisión, en unas ocasiones, y la arrogancia, en otras, de sus propios compañeros.
Con este paisaje de fondo, el PSOE ha realizado su Conferencia Política en la que se ha querido definir su proyecto "para la próxima década". Con la participación de 750 miembros del partido y 250 representantes de colectivos sociales, todos con voz y voto, se ha lanzado la idea de que esta era la puesta de largo de "una izquierda con vocación de mayoría", como decía días atrás Ramón Jauregui en un artículo publicado en El País (5/11/13).
En situaciones como esa, lo más inteligente es echarse a un lado y que otro sin plomo en las alas y con el carisma suficiente, pueda liderar un proyecto que dé confianza y genere ilusión
Todo indica que en esas jornadas se ha hecho un buen trabajo, si bien es verdad que el tema territorial se ha ventilado con unas pocas docenas de líneas en un documento de más de 400 páginas. Volver a los orígenes, contacto con la calle y unidad de partido son las tres ideas fuerza que se han marcado en la mencionada conferencia para superar la credibilidad y salir del pozo electoral en que está sumido el partido.
No obstante, se echa en falta una política económica alternativa a la austeridad a ultranza que estamos viviendo. Asimismo, está por ver si hay voluntad firme de recuperar la identidad socialdemócrata, perdida en la última etapa de la época Zapatero.
Ciertamente, entre la hagiografía de Moisés y la biografía política de Rubalcaba hay grandes diferencias. Sin embargo, se observa un cierto paralelismo. Por otra parte, como dice Felipe González, Rubalcaba es una de las cabezas mejor amuebladas de la política actual, pero es evidente que hay una clara crisis de liderazgo en la izquierda y de manera más acusada entre los socialistas, que encuesta tras encuesta se pone de manifiesto que no levantan cabeza. En situaciones como esa, lo más inteligente es echarse a un lado y que otro sin plomo en las alas y con el carisma suficiente, pueda liderar un proyecto que dé confianza y genere ilusión a esos millones de ciudadanos que no se resignan.
Y para elegir a ese, o a esa, líder que como Josué cruce el río Jordán de la política española y deje atrás el desierto que significa estar en la oposición, nada mejor que unas elecciones primarias abiertas a la ciudadanía donde escoger a la persona que nos lleve a la Tierra Prometida de la igualdad, la justicia social, y la solidaridad.