En el informe del Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN) se contempla la posibilidad del voto electrónico para las personas que residen en el extranjero y parece ser que así lo ha reconocido un portavoz oficial de Joana Ortega, número dos del Ejecutivo autonómico catalán según recoge El Confidencial. La empresa seleccionada es Scytl, que se encarga de los votos en línea en 18 de las 20 democracias que lo aplican.
Resulta cuanto menos curioso que en el informe del CATN ya se contempla, sin citar el nombre, a dicha empresa cuando afirman que "las soluciones tecnológicas actuales para realizar el voto electrónico remoto -en el que una compañía catalana es líder mundial- son tanto o más seguras que el uso de los procedimientos postales" (página 98, el subrayado en negrita es mío). ¿Por qué se señala de antemano a la posible empresa? ¿Se ajusta esto a la imparcialidad y objetividad que se le presupone a un informe de este tipo? Si realmente esto se lleva a cabo, imagino que sería importante ver si se realiza un concurso público.
Por otra parte, se afirma que este procedimiento es tanto o más seguro que el uso de procedimientos postales. Sin embargo, hay quien cuestiona que esto sea así pues, al parecer, una vez que los datos están en la base de Scytl son imposibles de rastrear. Según Bev Harris de blackboxvoting.org -hablando de su implantación en Estados Unidos- "con la votación Scytl no habrá votaciones. No hay evidencia física alguna. Ninguna cadena de custodia. No hay manera de que el público pueda autentificar la emisión de votos, la cadena de custodia o el recuento".
"Sabemos demasiado sobre los ordenadores, para confiarles los últimos restos de la democracia"
Lo de la cadena de custodia del voto resulta determinante: ¿qué garantía nos ofrece esta empresa si no existe tal? Por otra parte, ¿cómo actúan los interventores? El argumento es contundente, ¿por qué arriesgarse con nada si se pretende ganar en legitimidad?
El Consejo de Europa admite la validez del voto electrónico pero dice que plantea amenazas por lo que un informe de la Comisión de Venecia (2004) apuesta por prevenir la manipulación de datos así como la protección del anonimato contra posibles revelaciones del elector. Otro de los grandes riesgos es, sin duda, el de los hackers y, en concreto, la seguridad de esta compañía se ha visto cuestionada en Estados Unidos. Supuestamente, la Junta de Elecciones y Ética de Washington alentó a intentar hackear el sistema para encontrar fallos y un grupo de estudiantes de la Universidad de Michigan logró hacerlo. Además de esto, el Departamento de Estado de Florida encargó la revisión del software del voto a distancia de Scytl y concluyó que no era seguro.
Desde luego, el tema del hackeo no parece una cuestión menor. Chaos Computer Club, la mayor asociación de hackers de Europa afirma que cuando el proceso electoral se traslada al interior de un ordenador se elimina el escrutinio público. Ni los votantes ni las juntas electores pueden entender qué está pasando dentro de la máquina ni la forma de análisis de los resultados y, por lo tanto, no pueden ser verificadas. Añaden, además, que "sabemos demasiado sobre los ordenadores, para confiarles los últimos restos de la democracia".
Finalmente, la legislación española no contempla el voto por internet así que si esto se acaba aplicando bajo la ley electoral española estaríamos ante una situación jurídicamente dudosa. Sin duda, en democracia la transparencia es imprescindible y más aún en una consulta tan controvertida como la que estamos hablando. Estaremos atentos.