El presidente de Celsa Group, Rafael Villasec
Celsa suspende la búsqueda de un socio industrial español tras el rechazo de Criteria
El grupo acerero catalán encara la etapa 'post Rubiralta' con una reducción de la deuda neta del 48% en un año y medio
Rafael Villaseca, presidente del grupo, ha explicado que la siderúrgica "ha salido de la UCI, pero sigue en planta"
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Los nuevos dueños de Celsa han detenido, de momento, la búsqueda de un socio industrial tras la renuncia de Criteria a adquirir el 20% del capital.
Tras la etapa Rubiralta, los nuevos fondos propietarios de la siderúrgica adquirieron con el Gobierno central el compromiso de dar entrada en el capital a un grupo español en su capital. Era la condición del Ejecutivo para que una propiedad extranjera tomara el control de una compañía española considerada estratégica.
Hoy, la búsqueda de ese socio industrial se encuentra en stand by. "Le hemos comunicado al Gobierno que aquí y ahora no es posible. De momento no hemos encontrado el compañero adecuado, no hay muchas grandes empresas españolas con capacidad para ello", ha recordado el presidente del grupo, Rafael Villaseca.
Cabe recordar que las magnitudes empresariales de Celsa son gigantescas. Emplea a más de 10.000 personas y es uno de los cinco mayores grupos industriales catalanes.
Pérdidas de 281 millones en 2024
En paralelo, el grupo ha presentado este lunes sus resultados económicos del primer ejercicio completo posterior a la etapa Rubiralta. En 2024, Celsa facturó 3.360 millones de euros y registró un ebitda de 274 millones. El resultado neto fue negativo, con un déficit de 281 millones. El grupo espera volver a números negros en 2026.
Pese a las pérdidas, Villaseca ha pedido calma y prudencia a la hora de interpretar las cifras, "debido a su complejidad contable". La caída también se enmarca en un contexto en el que la industria siderúrgica europea ha caído por tercer curso consecutivo, lo que ha debilitado al mercado y tensionado los precios.
La deuda se reduce a la mitad
La deuda, el gran quebradero de cabeza del grupo, sigue a la baja. En noviembre de 2023, cuando entró la nueva propiedad, era de 3.700 millones. En abril de 2025, un año y medio después, había caído un 48%, hasta los 1.896 millones.
"Veníamos de una etapa dramática, el exceso de deuda no nos permitía hacer frente a los acreedores. La situación era muy delicada pero ya hemos salido de la UCI, aunque aún estamos en planta. El año que viene recibiremos el alta", ha explicado Villaseca.
El presidente de Celsa Group, Rafael Villaseca (i), y el consejero delegado de la siderúrgica, Jordi Cazorla (d)
La mejora se explica por la capitalización de la deuda, la ampliación de capital de 109 millones por parte de los fondos y la amortización del pasivo con la venta de las filiales en Reino Unido y Noruega.
En cuanto a la ratio de endeudamiento, en noviembre de 2023 era de 8,4; una cifra que la firma prevé rebajar antes de 2028 un 70%, hasta los 2,5 puntos.
Desinversión para reducir el desapalancamiento
Para seguir rebajando deuda, el grupo se plantea desinvertir en otros mercados, pero nunca en España. Villaseca sí ha reconocido que la filial de Polonia es un gran activo y podría tomarse la decisión de desinvertirlo en el futuro para seguir con el proceso de desapalancamiento.
De cara a los próximos ejercicios, Celsa espera alcanzar los 400 millones de ebitda este 2025, un 46% más, y seguir aumentando esta partida hasta los 659 millones en 2028.
Ahora, la inversión prevista para 2025 es de 196 millones de euros, un 75% más que el año pasado. De la cifra total, 43 millones corresponden al Plan Industrial de Creación de Valor, y el resto al mantenimiento adecuado de las instalaciones.