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La llegada de las festividades navideñas suele traer consigo un aumento desmedido del consumo que pone a prueba la estabilidad financiera de la mayoría de los hogares. Elisabet Ruiz-Dotras, profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC, advierte de que la falta de planificación es el principal enemigo.

A menudo, la presión social y la ilusión por las celebraciones nos empujan a tomar decisiones económicas precipitadas que pasan factura apenas comienza el nuevo año. Entender los mecanismos psicológicos que activan este gasto impulsivo es el primer paso para blindar nuestra economía antes de que sea tarde.

Patrones invisibles

El primer gran error que detectan los especialistas es caer en el llamado "sesgo del presente". Este fenómeno nos empuja a priorizar la satisfacción inmediata de una compra frente al bienestar futuro, ignorando las consecuencias que esos gastos tendrán en nuestra cuenta bancaria semanas después.

Elisabet Ruiz Dotras, doctora en Finanzas Elisabet Ruiz Dotras

Como explica la experta Ruiz-Dotras, "el cerebro prefiere la recompensa inmediata y nos cuesta visualizar el esfuerzo que supondrá pagar esas facturas en enero". Esta trampa cognitiva es la responsable de que muchos consumidores ignoren sus límites financieros reales.

Riesgos financieros

Otro fallo recurrente es el uso abusivo de la financiación y las tarjetas de crédito para cubrir los gastos extraordinarios. Aunque el pago aplazado pueda parecer una solución, la profesora advierte que "el crédito no es dinero extra, sino un compromiso que reduce nuestra capacidad de gasto futura".

Confiar excesivamente en los ingresos adicionales, como las pagas extra, para justificar el gasto actual es una práctica de alto riesgo. Los expertos recomiendan tratar estos ingresos como un refuerzo para el ahorro o para amortizar deudas, en lugar de utilizarlo íntegramente como combustible para el consumo.

Gastos silenciosos

Las compras de última hora representan el tercer error crítico que vacía los bolsillos de los consumidores. La urgencia por completar los regalos o la cena elimina la posibilidad de comparar precios y nos obliga a aceptar tarifas mucho más elevadas por productos que semanas antes eran baratos.

El caganer de Sílvia Orriols, el más vendido en las ferias de Navidad catalanas

Además, los denominados "gastos hormiga" se multiplican exponencialmente durante estas fechas tan señaladas. Al no quedar registrados de forma consciente, estos micropagos en loterías o pequeños caprichos acaban sumando cantidades que desequilibran cualquier presupuesto familiar sin que nos demos cuenta.

Errores comunes

El cuarto punto que destaca la experta de la UOC es la comparación social y la necesidad de cumplir expectativas. El deseo de impresionar a otros con regalos costosos suele ser una de las causas principales del sobreendeudamiento, olvidando que la sostenibilidad financiera debe ser la prioridad.

Ruiz-Dotras subraya que es fundamental aprender a decir no a ciertos compromisos si estos comprometen nuestra salud económica. La presión del entorno no debe dictar nuestras decisiones financieras, especialmente en un contexto donde la inflación ha reducido notablemente el poder adquisitivo de las familias.

Planificación estratégica

Finalmente, el quinto error es ignorar la importancia de la educación financiera aplicada al consumo consciente. La profesora recomienda establecer un presupuesto "base cero" donde cada euro tenga un destino asignado antes de empezar a gastar, evitando así las sorpresas desagradables al final de mes.

Dinero, calculadora y casita de madera

Para esquivar estas trampas, la UOC propone un cambio de mentalidad basado en la anticipación y la responsabilidad. Solo mediante el control estricto de los flujos de caja y la superación de los impulsos emocionales podremos disfrutar de unas fiestas tranquilas y sin deudas pendientes.

Futuro seguro

Blindar el bolsillo contra la cuesta de enero requiere disciplina y una visión a largo plazo que priorice la estabilidad sobre el capricho. Implementar estas correcciones ahora nos permitirá empezar el año con un balance positivo y sin el lastre de los intereses acumulados por malas decisiones.

La educación financiera no consiste en dejar de disfrutar, sino en hacerlo con criterio y conocimiento de causa. Seguir estos consejos profesionales es la mejor inversión que podemos hacer para que la magia de la Navidad no se convierta en una pesadilla económica al despertar.

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