Ignacio Julià (Barcelona, 1956) lleva hablando de Lou Reed y de The Velvet Underground desde que le conozco, y de eso hace ya un montón de años, cuando coincidimos en la revista Star, perla del underground barcelonés de finales de los años 70 que editaba y dirigía nuestro común amigo Juan José Fernández. En aquellos tiempos, todos teníamos un personaje fetiche. El mío era Bryan Ferry. El de Jaime Gonzalo, Iggy Pop. El de Juan Bufill, Brian Eno. Y así sucesivamente, pues es algo muy común entre los que nos hemos dedicado en algún momento de nuestra vida a escribir sobre música pop. No sé cómo habrá evolucionado la relación de Jaime y Juan con sus respectivos referentes. Por lo que a mí respecta, reconozco que Ferry ha perdido la voz y la inspiración, lo cual no quita para que siga considerando el primer disco de Roxy Music una obra maestra que no es que me cambiara la vida en su momento (1972), pero casi. Por lo que respecta a Ignacio, aunque haga como que se ha jubilado y se haya retirado a Banyoles, yo diría que su saludable obsesión por Lou Reed se mantiene incólume. O eso se deduce de la publicación de su último libro al respecto, Linger on: the Velvet Underground, escrito en inglés y publicado por una pequeña editorial llamada Ecstatic Peace Library, propiedad de Thurston Moore, líder del grupo Sonic Youth (al que Ignacio ya dedicó un libro en 2013: Estragos de una juventud sónica).
Linger on no es el primer libro que Ignacio dedica a Lou Reed y su mítica banda apadrinada por Andy Warhol. Antes del que nos ocupa, ya publicó Feed back: La leyenda de la Velvet Underground (1986), corregido, aumentado y en inglés en 2008, y Lou Reed: Catalogo irracional (2015). Por no hablar de los montones de artículos consagrados a la carrera del difunto señor Reed, con quien llegó a establecer una entrañable amistad: pese a todas las afirmaciones en contra, Ignacio asegura que Lou podía ser un tipo encantador, aunque no te pusiera las cosas fáciles desde un buen principio (mi amigo es, por otra parte, la única persona que conozco que ha sido capaz de escuchar, ¡varias veces!, aquel amasijo de ruidos que fue el doble álbum Metal machine music, que Reed fabricó para despedirse de su compañía discográfica dando un portazo). Los escribió para Star, Vibraciones, Rock Espezial y, si no recuerdo mal, hasta El país. Y para su propia revista, claro está, no olvidemos que Ignacio fundó en 1985, a medias con Jaime Gonzalo, Ruta 66, que sigue controlando a distancia mientras se serena el alma frente al estanque de Banyoles.
Ganarse la vida escribiendo sobre música pop
Linger on: The Velvet Underground recoge las conversaciones mantenidas por Ignacio a lo largo de los años con Lou Reed, John Cale, Nico, Mo Tucker, Doug Yule y Sterling Morrison, convenientemente ilustradas por un montón de fotos inéditas de los Velvets a cargo de James Hamilton. Dice Thurston Moore que Ignacio no es un periodista musical normal, pero lo dice en el buen sentido, recalcando su habilidad para empatizar con Reed y sus secuaces hasta el punto de convertirse, casi, en una presencia familiar en sus vidas. Que ese papel le haya caído a un español (y a un amigo) es algo que me llena de orgullo (yo solo llegué a compartir un almuerzo con Phil Manzanera y nunca he cruzado una palabra con Ferry). Y ese papel lo consagra, probablemente, como el tipo que más sabe de los 'Velvets' en el mundo, cargo que, en teoría, debería ostentar un periodista anglosajón.
Hace años que no me cruzo con Ignacio, pero le sigo a cierta distancia. La supervivencia de Ruta 66 me parece un milagro, como la evidencia de que mi amigo ha conseguido ganarse siempre la vida escribiendo sobre música pop en general y sobre Lou Reed y sus compinches en particular. Puede que haya quien encuentre banal y poco ambicioso dedicar toda una vida a un músico, pero a mí no me lo parece. De hecho, debería haberlo intuido cuando vi que no se quitaba la chupa de cuero y las gafas de sol ni en verano (en invierno se limitaba a añadir capas de lana bajo la chaqueta). Así es como se ha convertido en el principal scholar de alguien con el que no comparte ni país ni idioma (Ignacio figura incluso entre los agradecimientos del documental que Todd Haynes dedicó a los 'Velvets'). Y su último y (puede que) definitivo libro sobre el grupo que le dio una buena razón para vivir coincide, además, con la edición de unas viejísimas grabaciones de Lou Reed y John Cale en las que los pre 'Velvets' suenan como un grupo de folk, toda una rareza con la que me haré un día de estos y que mi amigo ya debe haber escuchado hasta la saciedad.
Toda una vida con Lou Reed. ¿Por qué no?