Escuchar música en el trabajo es una actividad cada vez más extendida y normalizada, bien sea particularmente mediante auriculares o en conjunto mediante la sintonización de emisoras musicales, por ejemplo. Sin embargo muchas son las personas que se cuestionan si esta práctica aporta ventajas o si por el contrario interrumpe la tarea a realizar por el trabajador. Según Teresa Lesiuk, investigadora del programa de musicoterapia de la Universidad de Miami, los sonidos melódicos ayudan a segregar en nuestro cerebro una sustancia llamada dopamina, conocida por ser la hormona de la felicidad o el placer, lo que se traduce en una mejora instantánea de nuestro estado de ánimo; aumentando la autoestima, el humor, la creatividad y por supuesto la predisposición a ser más activos en nuestras obligaciones.
Por lo que respecta a la concentración, la música clásica e instrumental sigue siendo una gran opción en opinión de los expertos. La ausencia de letra y el sonido envolvente convierten este tipo de música en el estilo perfecto para concentrarse, tan solo con 15-30 minutos de escucha será suficiente para que nuestro cerebro esté plenamente activo. Asimismo, según un estudio del Instituto Politécnico de Rensselaer en Estados Unidos, los sonidos de la naturaleza también son positivos para nuestra actividad ya que estimulan nuestro estado anímico, nos hacen sentir en paz y contribuyen a mejorar nuestra concentración.
Hombre escuchando música en el trabajo / PIXABAY
La selección de la canción influye... y mucho
A pesar de los beneficios de la música, la elección de melodías con cambios bruscos o ritmos acelerados sí que puede influir negativamente en nuestra atención. Por eso la selección del tema es fundamental a la hora de trabajar. Del mismo modo ocurre con el volumen en el que sintonicemos las canciones, los sonidos demasiado agudos y estridentes quedan totalmente eliminados y será necesario que el volumen adquiera un tono moderado e incluso bajo para que los efectos de la canción sean óptimos.
Un dato destacable es que según los investigadores, las personas que son expertas en su labor y la realizan sin dificultad ni presión de ningún tipo, no se benefician tanto de las virtudes que aporta la música en la productividad laboral, aunque por supuesto sí que mejoran su estado de ánimo y su positividad.