La soprano Montserrat Caballé ha fallecido esta madrugada en el hospital de Sant Pau de Barcelona a los 85 años de edad, según han informado fuentes hospitalarias.

Caballé, cuya salud era delicada desde hacía años, se encontraba ingresada desde mediados de septiembre en el centro. El funeral tendrá lugar este lunes al mediodía en el tanatorio barcelonés de Les Corts. El velatorio se abrirá mañana a las 14.00 horas.

Salud delicada

En los últimos años, sus achaques de salud fueron noticia al provocar la cancelación de algunos compromisos. En 1983 tuvo una insuficiencia cardiaca, y tres años más tarde se le diagnosticó un tumor cerebral benigno. En 1996 fue operada de una hernia epigástrica, dolencia que la volvió a llevar al quirófano en 2000 y 2001. En 2012 sufrió un ictus en Rusia que le causó fractura de húmero.

Estos problemas fueron espaciando cada vez más sus apariciones en público, aunque Caballé nunca anunció una retirada definitiva de los escenarios. Su última actuación tuvo lugar agosto de 2014, en el marco del Festival de Música de Cambrils, donde actuó junto a su hija Montserrat Martí.

Prestigio internacional

Montserrat Caballé Folch nació el 12 de abril de 1933 en el barrio de Gràcia de Barcelona, en el seno de una familia modesta. Su madre le dio su primera formación musical. Y a los 11 años ingresó en el Conservatorio Superior de Música del Liceu gracias a una beca.

En sus más de 50 años de carrera, Caballé ha interpretado cientos de óperas y conciertos en los principales teatros de todo el mundo, con un repertorio que abarca cerca de 90 papeles correspondientes a más de 40 óperas, abarcando desde Giuseppe Verdi hasta Richard Wagner. Fue una diva universal de la ópera, a la altura de las mejores sopranos del siglo XX, cuando la crítica y el público la situaron al nivel de Joan Sutherland, Renata Tebaldi y Maria Callas.

Hitos

Entre los momentos más importantes de su vida se encuentran su debut profesional a los 29 años en el mítico teatro del Liceu con la obra Arabella, de Richard Strauss. En 1965 se estrenó en el Carnegie Hall de Nueva York, donde fue largamente ovacionada por su interpretación de Lucrecia Borgia. Y en 1991 interpretó junto a Freddie Mercury la canción Barcelona, himno oficioso de los Juegos Olímpicos de 1992.

Su extensa carrera ha estado trufada de premios y reconocimientos, como por ejemplo el Príncipe Asturias de las Artes en 1991 y varios doctorados honoris causa de universidades como el de la Internacional Menéndez Pelayo o la de Barcelona. También colaboró con la UNESCO y fue embajadora de buena voluntad de la ONU. Y creó una fundación para niños necesitados.

montserrat caballe

Inicios difíciles

Caballé pudo educar su voz porque la familia del industrial y político Eusebi Bertrand le costeó la continuación de los estudios musicales, ya que había nacido en una familia humilde, y, así, estuvo diez años en el Conservatori del Liceu. Pero no todos la alentaron: durante su primera audición, en 1956 en la ópera de Roma, el agente que la escuchó le dijo que volviera a su casa, se casara y tuviera hijos, porque su carácter no era para la "locura" del teatro, pese a su buena voz --al reencontrarse tiempo después, él acabó pidiéndole que nunca revelara su nombre--.

Ella no siguió aquel consejo desalentador, y las siguientes audiciones funcionaron: en 1956 entró en la Ópera de Basilea, donde asimiló un repertorio amplio, pero se planteó dejar la música poco después, durante sus tres años en Bremen (1959-62). Le deprimió el trabajo maquinal en este teatro, en contraste con "la alegría y el romanticismo" de la compañía suiza, y su hermano y asesor artístico, Carles, le pidió invertir un año en recuperar la ilusión antes de dejarlo todo: la recobró, y debió mucho a la disciplina de Bremen.

Una carrera ligada al Liceu

En 1962 debutó oficialmente como soprano en el Liceu con el estreno español de Arabella, con la que triunfó, y actuó allí 28 temporadas seguidas, con medio centenar de óperas y 70 funciones hasta 1989. Al año siguiente renunció a cantar la Valquiria por desavenencias, pero el incendio del teatro los reunió en 1994, y actuó repetidamente: entre aquellas cuatro décadas están los mejores momentos de su carrera.

Ayudó a impulsar al tenor Josep Carreras en el Gran Teatre del Liceu cuando él era un joven cantante, y también fue decisiva con Joan Pons, cuando le reveló que era barítono y no bajo. Fue un gran amiga Carreras.

Londres y Nueva York

Al interpretar Turandot conoció a su marido, el tenor Bernabé Martí, con el que se casó en 1964, y en 1965 se la conoció internacionalmente al triunfar en el Carnegie Hall (Nueva York) con su primera Lucrezia Borgia sustituyendo a Marilyn Horne, que acababa de dar a luz: la aplaudieron 20 minutos. El éxito de esa misma ópera se repitió en Londres, donde también triunfó después en Il Pirata cantando con muletas tras romperse una rodilla.

La capital inglesa fue también el lugar donde grabó la mayoría de sus discos, y además, en el Covent Garden cantó la Tosca con la misma puesta en escena que Zeffirelli había creado para Maria Callas, amiga suya y que la asesoró entonces, diez días antes de morir (1977). En esa misma década, la propia Callas, la gran Norma del siglo XX, admitió a Caballé que la había superado en esta obra de Bellini: se convirtió en histórica su Norma al aire libre en el Teatro Antiguo de Orange en 1974, año en que además le diagnosticaron un tumor maligno, y otro en 1985, pero los superó.

Problemas con Hacienda

En enero de 2012, el Gran Teatre del Liceu conmemoró el 50 aniversario de su debut con una exposición y un gran concierto en el que le acompañaron amigos y compañeros de trayectoria, como su hermano, Carles Caballé; su hija Montserrat Bernabé con su familia, y el barítono Joan Pons, además de la plana mayor de la política cultural. Tras varios conciertos en plena forma, como el realizado en el Madrid Arena ese junio, Caballé tuvo que cancelar a finales de octubre un recital en el Auditori de Girona tras sufrir una caída que le provocó una fractura de húmero y un leve ictus.

En 2015, un juez de Barcelona la condenó a seis meses de cárcel por un delito contra la Hacienda Pública, tras un pacto de la cantante con la Fiscalía y Abogacía del Estado en el que reconoció un fraude fiscal de 508.562 euros en el IRPF de 2010, aunque no entró en prisión.