José Ortiz Echagüe, Ingeniero y piloto militar, fue en 1923 el promotor y miembro fundador de Construcciones Aeronáuticas, C.A.S.A. (hoy día integrada en Airbus), en la que ejerció responsabilidades de dirección durante 50 años.
Aún sigue siendo valorado por su faceta artística como fotógrafo; que ya se reconocía en el extranjero antes de la Guerra Civil, aportando una imagen de la España tradicional y preindustrial, lo que contrasta con su labor profesional a la vanguardia de la producción aeronáutica.
Papel relevante en el desarrollo de la aviación
Nació en Guadalajara el 21 de agosto de 1886. En 1903 aprobó el examen de ingreso en la Academia de Ingenieros del Ejército, donde se graduó en 1909 como teniente del Cuerpo de Ingenieros. La formación que recibió le capacitaba para ejercer varias disciplinas ingenieriles, era politécnica, pues no se elegía especialidad.
Durante la campaña del Rif de1909 se integra en la unidad de Aerostación que participaba en las operaciones, y en 1911 forma parte de la primera promoción de pilotos militares, junto a Kindelán, Herrera y Barrón. Todos tendrán un papel relevante en el desarrollo de la aviación. Que se convertirá en el fundamento de su ejercicio profesional, tanto en el ámbito militar como civil.
La condición de ingeniero militar no le impedía el ejercicio legal de la profesión dentro del sector civil y privado, en las diversas aéreas para las que estaban capacitados. En 1913 solicitó su primera excedencia de seis meses, que le llevó a Argentina. A su vuelta se integra en la primera escuadrilla de aviones que combatió en el Protectorado. Merece destacar de él, desde fecha muy temprana, el nivel de sus contactos, unido a la convicción de sus argumentos que generaban confianza.
En febrero de 1914, José Ortiz Echagüe obtuvo la condición de Gentilhombre de Cámara de su Majestad, al cruzar el Estrecho de Gibraltar en avión por primera vez, desde Tetuán hasta Sevilla, acompañando a Emilio Herrera. El vuelo se pudo realizar gracias a la autorización que consiguió del general Marina, Alto Comisario del Protectorado.
Ingeniero militar y civil
En 1915, durante la guerra europea, le fue encomendada la búsqueda de una industria que estuviese dispuesta a fabricar aviones. Todo hace sospechar que la elección de la ciudad, Zaragoza, y la empresa, fue por indicación del Rey, que mostraba interés hacia algunas industrias bien dirigidas, con capacidad para abordar proyectos más ambiciosos y complejos. La comunicación entre ambos se facilitaba por la condición de Gentilhombre de Ortiz Echagüe. Acabó haciéndose cargo de la producción de aviones, en Carde y Escoriaza, dedicada a la fabricación de vagones y tranvías, abandonando de nuevo temporalmente el Ejército.
Su interés por la industria se afianza, solicitando de nuevo la excedencia en 1917, para realizar prácticas en fábricas francesas del sector metalúrgico. En 1918, con 32 años, le encargan el proyecto de una nueva fábrica electromecánica. En 1921 es destinado al Centro Electrotécnico y de Comunicaciones del Ejército, para terminar en los Talleres de Cuatro Vientos como director. Ejerciendo de ingeniero en el Ejército y en el sector civil, e incluso como empresario, pues instaló en Madrid un taller de piezas metálicas.
Impulsor de la industria aeronáutica española
En noviembre de 1922 se convocó un Concurso de aviones militares para la Aviación. José Ortiz-Echagüe aprovechó la ocasión para liderar el proyecto de una industria aeronáutica integradora de aviones, aglutinando a varias empresas auxiliares de aviación, que fueron los promotores de Construcciones Aeronáuticas, C.A.S.A., constituida en Madrid el 2 de marzo de 1923, con la aportación minoritaria de capital de la banca, que designó a los sucesivos presidentes de la sociedad.
Al General Francisco Echagüe Santoyo, Jefe de la Aeronáutica, que era tío suyo, le comunicó el proyecto de construir, con el mayor grado de nacionalización posible, alguno de los aviones ganadores del Concurso, lo que consiguió sin aparente dificultad.
Su movilidad laboral hasta entonces no parece casual, sino que atiende a un objetivo: obtener conocimiento y experiencia. El bagaje adquirido en Francia, en 1917 y la experiencia práctica en España en las industrias privadas y del Ejército, le permitió planificar y organizar la nueva fábrica de aviones; que incluía la producción de aleaciones ligeras, lo que resultó ser un acierto inmediato y a largo plazo.
Vertiente empresarial
Tras la fundación de C.A.S.A. su vocación empresarial se pondrá de manifiesto en los momentos difíciles, como al comienzo de los años treinta cuando faltaron los pedidos. Durante la Guerra Civil Ortiz Echagüe se convirtió en el interlocutor único de CASA con la Aviación Nacional, dirigida por Alfredo Kindelán. El Consejo de Administración le otorgó plenos poderes de representación y decisión.
En la post guerra, ante la dicotomía entre una industria aeronáutica estatal o privada, defenderá con pasión la libertad de maniobra y la capacidad de adaptación del capital privado para resolver con eficacia las necesidades de material de vuelo de la aviación. A pesar de la política económica basada en el control público, solo el 30% del capital pasó a manos del INI en 1943, aunque con el derecho de veto gubernamental en el Consejo de Administración.
Nacionalización de la empresa
La creación del Ministerio del Aire trajo consigo la financiación de prototipos. A su empresa se le adjudicaron los aviones polimotores, para fabricar bajo licencia o de diseño propio. La creación en marzo de 1946 de la Oficina de Proyectos supuso un gran avance respecto al periodo anterior, pero muy condicionado por la demanda del Ministerio del Aire, que a partir de 1955 se mostró más interesado en el material de vuelo norteamericano.
A las responsabilidades de gestión en Construcciones Aeronáuticas se sumó en 1950 la de Presidente y Consejero Delegado de SEAT, al comienzo del difícil periodo de construcción y puesta en marcha de la fábrica de automóviles.
C.A.S.A. fue estatalizada en 1971. En 1972 el gobierno decide fusionarla. con dos empresas relevantes: Hispano Aviación y E.N.M.A.S.A. de motores de aviación, uniendo las industrias más relevantes del sector, dando comienzo a un periodo de participación de consorcios europeos para construir aviones a reacción de transporte civil.
A lo largo del tiempo, siete décadas del siglo XX, la cultura empresarial que Ortiz Echagüe implantó fue la de salir adelante con cualquier actividad industrial y de ingeniería, eso se mantuvo con el paso del tiempo y le permitió tener continuidad y liderar su sector en España. Un largo periodo industrial 1923-982, año en el que falleció.
Por Álvaro González Cascón (IECyT - Instituto de Emprendimientos Científicos y Tecnológicos) y Santiago M. López (Universidad de Salamanca)