Cataluña es una comunidad autónoma con una gran historia y esto se ve reflejado en la arquitectura de las ciudades. Tanto Girona como Barcelona tienen grandes monumentos arquitectónicos y Tarragona encierra toda la maestría de los romanos para construir grandes edificaciones.

Pasear y visitar algunos de estos lugares se convierte en una experiencia muy edificante. Así pues, en este artículo se concentran algunos de los edificios más emblemáticos de cada ciudad: sus palacios.

Palau Güell

Uno de los palacios que vienen a la mente cuando los turistas se ponen a pensar en este tipo de edificaciones es el Palau Güell. Situado en el barrio de El Raval, muy cerca del emblemático Mercado de la Boquería y del Gran Teatro del Licéu, este edificio es considerado uno de los grandes ejemplos del modernismo catalán.

No en vano, es una de las primeras grandes obras que el escultor Antonio Gaudí regaló a la ciudad de Barcelona. De hecho, Eusebi Güell, uno de los mecenas más importantes del arquitecto, le encargó esta obra como una ampliación de la casa familiar que el magnate tenía en la Rambla de Barcelona.

Palau Falguera

El Palau Falguera es uno de los más interesantes que se pueden disfrutar en la localidad de Sant Feliu de Llobregat. Un edificio del siglo XVII con unos jardines que merece la pena visitar, ya que están abiertos al público como un gran parque, a pesar de que hasta los años 80 no era más que la zona verde del palacio.

Palacio Flaguera / PEDRO LÓPEZ - WIKIMEDIA COMMONS

En el interior se puede visitar una capilla barroca, con grandes estatuas y amplias zonas donde disfrutar de una jornada en familia. Además, el palacio suele albergar conciertos y espectáculos al aire libre, lo que puede convertirse en una opción más que interesante para dejarse caer por la zona.

Palau de la Cambreria

El Palau de la Cambreria de Tarragona, también conocido como la Casa del Cambrer, es un palacio de estilo a caballo entre lo gótico y lo renacentista que sorprenderá al visitante, sobre todo, a los amantes de la arquitectura de este periodo, que se conserva muy bien en su interior.

Ubicado muy cerca de la Plaza de la Seu de Tarragona, este palacio conserva, con su aspecto original, el patio de entrada con escalera de acceso al primer piso de bovedilla y la fachada que tiene unas ventanas de estilo gótico y otras con dintel de estilo renacentista. Un lugar que, además, es una lección de historia viva, dado que fue posada de los monarcas aragoneses.

Palacio de la Paeria

Este lugar es la actual sede del Ayuntamiento de Lleida, pero puede ser visitado para admirar este edificio, el único que se conserva en la ciudad, del periodo románico.

En su interior, se conservan tres tesoros de gran interés artístico y cultural. Por un lado, el Retablo de la Virgen de los Paers, de estilo gótico y que se conserva desde el siglo XV. Por el otro, el lugar alberga La Morra, una de las cárceles más antiguas que se conservan en Cataluña, donde los reos eran condenados a muerte. Y, por último, el Archivo Municipal y la Carta Pobla, con un armario barroco de madera conocido como el Armario de los Privilegios. 

Palacio de los Agullana

Por último, la ciudad de Girona guarda la Casa Agullana, un palacio también conocido como palacio del Vescomtat, que tiene un gran interés histórico y arquitectónico debido a que es uno de los pocos que se conservan de la época medieval, donde se conservan escudos y armaduras propias de la época, el siglo XIV y XVII.

La casa, que fue declarada Monumento Histórico-Artístico de Interés Nacional en 1918 tiene como peculiaridad que está formada por dos edificios arquitectónicos que se unen gracias a un puente cubierto.