El círculo pétreo que se alza, solitario pero imponente, en una de las llanuras de Gran Bretaña ha sido protagonista de miles de investigaciones a lo largo de su historia. El Stonehenge es la estructura megalítica más famosa de toda Europa, construida hace 5.000 años. A pesar de que el análisis de los materiales ha conseguido determinar su antigüedad, aún no se conoce quiénes lo levantaron y con qué propósito. Situado en la planicie de Salisbury, en el condado de Wiltshire (a unos 130 kilómetros al oeste de Londres), se estima que su construcción se desarrolló a lo largo de unas ochenta generaciones, durante unos 1.600 años.
Sin embargo, los monolitos que forman el Stonehenge no son exclusivos, pues existen otras muchas estructuras de rocas gigantescas repartidas por toda Europa. Un nuevo estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, presenta la hipótesis de que el alza de monolitos no fue más que una moda entre los europeos de aquel entonces. El informe postula que la construcción de megalitos podría haber comenzado en Francia hace unos 7.000 años para luego extenderse por el resto del continente gracias a los marineros prehistóricos.
Las rutas costeras fueron determinantes para expandir estas construcciones por Europa
El estudio databa más de 2.000 sitios megalíticos en Europa, distribuidos principalmente por el noroeste de Francia, donde se encuentran las famosas piedras de Carnac. Estas piedras también presentan grabados de animales marítimos, lo que sugiere que la antigua cultura conocía bien los océanos. Los investigadores creen que fue en Francia donde se originó el estilo de construcción megalítica y luego la difundieron a través del viaje por el océano.
Stonehenge de lejos / PIXABAY
Las rutas costeras hacia el sur de Francia, el Reino Unido, España, Portugal o Escandinavia fueron las principales vías de expansión de esta moda, lo que supone que las habilidades marítimas, el conocimiento y la tecnología de estas sociedades estaban mucho más desarrolladas de lo que hasta ahora se había supuesto. De hecho, los investigadores sugieren que la navegación en Europa se produjo unos 2.000 años antes de lo que se pensaba.