Supongo que se pueden encontrar muchos nexos pero uno de ellos sin duda es el vino. Este preciado líquido es el hilo conductor de un viaje por tierras de La Rioja alavesa.
Esta comarca vinícola presidida por la sierra de Cantabria, regada por el río Ebro y alfombrada de infinitos viñedos es, sin duda, el destino perfecto para viajar en cualquier época del año.
Laguardia, capital de la comarca, no deja a nadie indiferente. Esta preciosa localidad amurallada fue en origen un fuerte militar y bajo sus muros se construyeron túneles que facilitaban la salida de la fortaleza a sus habitantes en caso de necesidad, posteriormente cuando ya no fueron necesarios, sus habitantes aprovecharon este extenso trazado de galerías para almacenar sus vinos, el origen de sus numerosas bodegas subterráneas.
La Chabola de la Hechicera, dolmen situado en Elvillar (Álava)
Pasear por sus estrechas calles de trazado medieval mientras vas descubriendo su rico patrimonio entre el que destaca la iglesia de Santa María de los Reyes con su pórtico policromado, a pocos metros de la llamada Torre Abacial desde donde se pueden contemplar unas espectaculares vistas de la villa y de su formidable entorno.
Y es en esta localidad en donde nació Félix María de Samaniego (1745-1801), famoso escritor de fábulas de marcado carácter crítico hacia notables personajes o situaciones de la época. Podemos disfrutar de la lectura de alguna de ellas --La cigarra y la hormiga o La zorra y la uvas-- degustando un buen vino en cualquiera de las bodegas que minan literalmente la villa o desplazarnos a la que lleva su nombre, Solar de Samaniego, para vivir una experiencia única y sorprendente.
Hablamos de Beber entre Líneas, un singular proyecto que fusiona vino y literatura. Es un recorrido mágico que va envolviendo al visitante mientras descubre una a una sus salas. Un espacio industrial de la década de los 70 que ha sido restaurado para albergar una experiencia con alma.
Primero se accede a la Tienda-Librería, una estancia que invita a una pausada lectura de alguno de los cientos de libros que alberga este precioso aposento. Fue diseñada por el prestigioso interiorista Lázaro Rosa-Violán.
Tienda-Biblioteca Solar de Samaniego
Allí, entre vinos y relatos, avanzamos hasta la sala de Fábulas & Barricas que funde a negro para proyectar las leyendas de Samaniego.
Sala Fábulas & Barricas del Solar de Samaniego
Nuestra retina se va adaptando suavemente a la claridad del edificio a medida que nos aproximamos a la última parada de este enriquecedor viaje. El Espacio Medio Millón, conocido también como La Catedral del Vino, alberga siete antiguos depósitos de hormigón de casi 13 metros de altura convertidos en auténticas obras de arte gracias al artista australiano Guido Van Helten. Retratos monumentales estampados en la regia textura del hormigón que interpreta de manera rotunda el proceso que da vida al vino y a la literatura. Él mismo eligió entre los habitantes del entorno a los protagonistas de esta su primera intervención en España.
A escasos kilómetros de Laguardia se encuentra Elciego, un pintoresco municipio considerado el “ombligo” de La Rioja alavesa por la cantidad de carreteras que se cruzan en ese punto. Allí ubicada se encuentra una de las bodegas con más arraigo de la zona, propiedad de la familia Valdelana desde el siglo XVI, hablamos de Bodegas Valdelana.
La historia es para ellos un referente que les enriquece y que comparten con todos los visitantes. Me refiero al museo Etnográfico y del Vino situado bajo el hotel Agroturismo Valdelana. Construido sobre antiguos calados que datan de los siglos XV y XVI, atesora fotografías del XIX, rudimentarios aperos, restos de antiguas civilizaciones, desde el Jurásico hasta los tiempos modernos de la Revolución Industrial como prensas, barricas…
Museo Etnográfico y del Vino
Pero, sin duda, de entre todos estos tesoros, hay uno que brilla con luz propia, se trata de una centenaria capilla datada en el 1583 presidida por la Virgen de la Plaza que comparte espacio con decenas de botellas de este preciado líquido.
Capilla Virgen de la Plaza
No todas las sorpresas acaban aquí, el museo nos despide mostrándonos un viñedo subterráneo que permanecerá como un sueño en la memoria.
La penumbra de los calados dio paso a un paisaje completamente diferente.
El sol reinaba en el Jardín de las variedades, un impresionante mirador sobre las aguas del Ebro rodeado por infinidad de hermosos viñedos. Un singular escenario donde no solo se disfruta de las espectaculares vistas sino también de los deliciosos productos de estas tierras.
Y así entre vinos y viñedos, bodegas, historia e historias, cae la tarde y sigilosa nos envuelve la noche… De nuevo nos encontramos junto al río en el mirador y como si de una ceremonia mágica se tratara, absortos en las explicaciones, vamos descubriendo estrellas y explorando aromas. Es el maridaje estelar. Una experiencia única que nos brinda la posibilidad de disfrutar de la cata de sus caldos mientras alzamos la vista para contemplar el cielo durante una mágica noche de vinos y estrellas.