Los primeros humanos emigraron de África hacia Eurasia mucho antes de lo conocido.
Los avances en el análisis del ADN y otras técnicas de identificación de fósiles cuestionan el modelo aceptado, conocido como “Fuera de África”, que defiende que los humanos evolucionaron en ese continente y luego se dispersaron en una sola oleada hace 60.000 años.
Mezcla de especies
No fue exactamente así, según una reciente revisión de investigaciones realizada por el Instituto Max Planck (Alemania) y la Universidad de Hawái (EEUU) y publicada en la prestigiosa Science. La rescritura de la historia conocida se debe a la cantidad de nuevos hallazgos identificados en Asia durante la última década gracias a las nuevas tecnologías y a las colaboraciones interdisciplinarias.
Los avances en el análisis de ADN desafían el modelo tradicional de que el éxodo de África a Eurasia se produjo hace 60.000 años
Así se deduce que el Homo sapiens llegó a distintas partes de Asia y cerca de Oceanía mucho antes de lo que se pensaba. Complica la historia evolutiva de nuestra especie la evidencia de que los humanos modernos se mezclaron con otros homínidos ya presentes en las tierras colonizadas, como los neandertales, los denisovanos y una población no identificada.
Herencia neandertal
Las estimaciones cifran en entre el 1% y el 4% la herencia neandertal presente en todos los no africanos actuales, mientras que los melanesios modernos tienen un 5% de patrimonio de denisovano. Parece claro que convivieron.
También desmonta el “Fuera de África” la aparición de Homo sapiens en múltiples sitios del sur y centro de China que datan de hace entre 70.000 años y 120.000 años. Por tanto, los humanos llegaron allí mucho antes de los 60.000 años registrados hasta ahora. Ello no quita la posibilidad de que se diera una gran dispersión hace 60.000 años (que construyó la mayor parte de la composición genética de los no africanos actuales), pero precedida de otras más pequeñas y anteriores.
Nuevas preguntas
Michael Petraglia, del Instituto Max Planck, explica que “las primeras dispersiones” anteriores a los 60.000 años eran “probablemente” de “pequeños grupos de recolectores” y “dejaron rastros genéticos de bajo nivel en las poblaciones humanas modernas”. Matiza que “un evento posterior, más importante” ocurrió hace unos 60.000 años “o más tarde”.
La creciente evidencia de interacciones entre especies sugiere que la difusión de la cultura material también es más complicada de lo que se pensaba anteriormente. Quedan muchas preguntas en el aire.