Europa es nombre de heroína griega. La más famosa, la hija de Agénor y Telefasa, jugaba en la playa, y al verla, el dios Zeus se enamoró perdidamente. Para conseguir su amor se metamorfoseó en un toro blanco que asombró a la joven. Cuando ésta, tranquilizada por su mansedumbre acabó por sentarse en su lomo, tuvo que aferrarse a los cuernos para no caer, ya que el animal se lanzó al mar y nadó hasta la isla de Creta. Zeus tuvo hijos con Europa y le hizo tres regalos: Talo, el autómata de bronce que guardaba las costas de la isla contra todo desembarco extranjero; un perro que no podía dejar escapar ninguna presa, y una jabalina de caza que jamás erraba en el blanco. Zeus y Europa se amaron bajo unos plátanos a los que el dios les dio el privilegio de no perder jamás sus hojas. Europa se casó con el rey de Creta y a su muerte recibió honores divinos. El rapto y la huida inspiraron el nombre del continente.
Poitiers, año 732. Durante siete días del mes de octubre se enfrentaron las tropas del franco Carlos Martel contra el imparable ejército musulmán procedente de Al-Ándalus que había cruzado los Pirineos. La derrota del valí Abderramán ibn Abd Allah-al-Gafiqi ha sido considerada por los historiadores del siglo XVIII como la gran victoria sobre los infieles. Autores como Edward Gibbon escribieron que "sin la victoria de Poitiers, quizá la interpretación del Corán se enseñaría ahora en las escuelas de Oxford". Muchos hablarán entonces de los ciudadanos europeos como sinónimo de cristianos y a Carlos Martel se le atribuirá la salvación de esa civilización. Occidente, allí donde muere el sol, se alza como heredero de la cultura griega y romana.
Los conflictos armados que han asolado Europa en toda su historia deberían habernos servido para formarnos como ciudadanos conscientes de los gravísimos errores cometidos en el pasado y que no pueden volver a suceder
Europa como unidad, empieza a gestarse en la Edad Media, con una cultura común basada en la religión y en el origen latino de las lenguas que se hablan en el territorio. Escenario y origen de dos guerras mundiales en el siglo XX, es ahora sinónimo de unión política, monetaria y legislativa, en la que sus ciudadanos pertenecen a todas las razas y religiones. Sus dirigentes hablan hoy de "crisis existencial" de Europa: la economía no muestra signos claros de recuperación, la llegada de refugiados enfrenta a los países miembros que evitan acoger en muchos casos a las personas que huyen del horror de la guerra, el azote del terrorismo, el populismo imperante en algunos de los estados y el Brexit, la hacen débil y pone en peligro esa paz que ha durado setenta años, conseguida gracias a la cooperación. Soluciones: plan de inversión para África, más seguridad en las fronteras con un registro de viajeros, la creación de un Cuerpo de Solidaridad Europea integrado por jóvenes y la medida estrella, internet gratis y de alta velocidad en las ciudades y pueblos europeos. El "pan y circo" de los romanos es ahora el wifi gratis. Qué fácil es contentar al pueblo.
Los conflictos armados que han asolado el continente en toda su historia deberían habernos servido no para proteger una religión como se hacía en el pasado, o "el estilo de vida europeo" como afirman ahora los dirigentes, sino para formarnos como ciudadanos conscientes de los gravísimos errores cometidos en la historia del continente y que no pueden volver a suceder. Los tres regalos de Zeus corresponden a una sociedad individualista y beligerante que por desgracia, sigue sin hacer sus deberes. Si rascamos la superficie, bajo la pátina de urbanidad, aparecen monstruos. Sobre ello, las próximas líneas.