Mensajes claros, con empatía hacia el interlocutor, con proximidad y con aire de autenticidad. El coronel del Ejército de Tierra y diplomado de Estado Mayor, Pedro Baños, se ha convertido en un fenómeno social, pero, principalmente, editorial. Su último trabajo, La encrucijada mundial (Ariel), es número uno en ventas. ¿Por qué? La crudeza de sus análisis, con un tono pedagógico, no causa rechazo en el lector, que pide claridad, sin medias tintas. Baños presentó su obra en la Casa del Libro este jueves, con todo el auditorio lleno y largas colas para pedir su firma estampada en los ejemplares vendidos, en pleno partido de fútbol de la selección española en el Mundial de Qatar. Y lo que explicó, como detalla en su extenso estudio, es que la geopolítica será determinante: “China lo va a condicionar todo y no estamos preparados”.
Acusado en las redes sociales y en algunos medios de haberse situado al lado de Putin, sus palabras y sus escritos no guardan relación con ello. Lo que señala este militar en la reserva “siempre al servicio de la sociedad”, es que se debe tener en cuenta todo el conjunto, y la posición de Estados Unidos, que, consciente de su situación interna complicada, ha buscado recomponer todas las piezas. “El caso es que Rusia quedará bajo el manto de China, de forma clara”, señala Baños.
Con una puesta en escena tranquila, Baños se dirige al público, sin embargo, con pasión, con la idea de que el “pueblo español debe reconocer mejor sus virtudes”, y “hacerse valer en el contexto internacional”. La ventaja de España y de sus ciudadanos nacionales es que “son bien aceptados en todo el mundo, porque somos producto de muchas cosas, de muchas influencias, y no se nos ve como colonizadores o explotadores, a diferencia de británicos, franceses o americanos”, sentencia. Él mismo lo ha comprobado en las misiones humanitarias o misiones de paz del Ejército español “en los últimos casi 35 años”.
Pero, ¿qué ha pasado en el mundo? ¿A qué se enfrenta la Unión Europea, en la que está integrada España? Es ahí donde este militar se expresa sin titubeos. China, con un poder tecnológico inmenso, “casi medio millón de chinos acaba sus estudios en las escuelas de ingeniería cada año”, condicionará el equilibro de poder. A partir de esa realidad, ¿qué hacer? El peligro es que cada país, a juicio de Baños, busque su propia salida en un momento que es mucho más competitivo y donde factores como la energía será muy codiciados. Para Europa lo único que toca es una mayor “integración y colaboración”, y jugar con una mayor contundencia. Eso significa, para Baños, que la educación debe elevar su nivel y apostar, desde los estados, “por inversiones mucho más focalizadas, en sectores que sean clave, como la energía o la biotecnología”.
En ese sentido, y con España siempre en la recámara, Baños entiende que no sirve de mucho que cada autonomía, o, incluso, “cada provincia en cada autonomía” aspire a tener un “parque tecnológico”. Para ello, “el Estado debe saber concentrar sus recursos, tener una mayor presencia y desarrollar determinados proyectos en distintos puntos de la geografía española, en los que decida el Estado”.
Su libro tiene un carácter holístico, en que se relacionan todos los factores, desde la geopolítica hasta el mercado laboral o una política más dirigida a la necesidad de los jóvenes. Para Baños, existe una clase dirigente que se ocupa de ella misma, y ha olvidado las necesidades de determinados colectivos, como los propios jóvenes, a quienes dedica el libro. Es ahí donde el militar en la reserva conecta con el público, que denosta a los políticos, no tanto por su propia existencia, como por la “bronca continua y las divisiones que genera”, a juicio de Baños. Los aplausos en distintos momentos de la intervención del teniente coronel corroboran esa comunión, que se pudiera tildar de populista, pero funciona con una enorme sinceridad en esos actos públicos.
Destrucción de puestos de trabajo
Baños apuesta por la democracia liberal, a diferencia de los gurús tecnológicos, como Peter Thiel o Elon Musk, que se han quejado de la “lentitud de los parlamentos democráticos” a la hora de aprobar leyes. Esa democracia choca, para ellos, con las empresas tecnológicas e impide una mayor innovación.
No es eso lo que reivindica Baños, pero sí una mayor agilidad, una mayor atención a los procesos económicos, con reformas que permitan competir mejor y con una dedicación mayor a muchos colectivos que no podrán seguir el ritmo. El militar habla de la renta básica universal, para paliar algo que ve inexorable. A diferencia de los teóricos liberales, de dioses de la economía liberal, como Schumpeter, la “destrucción creativa” no tendrá ahora vigencia. “Se destruirán más puestos de trabajo de los que se puedan generar de nuevos, eso es así, porque la tecnología lo permite, y habrá que tomar medidas que compensen ese proceso, como la renta básica”.
Los ojos de los asistentes en el Casa del Libro se abrían como platos, pero muchos ya conocían de sobra las posiciones de Baños, con el libro en el regazo. El autor de La encrucijada mundial se ha encargado de divulgar con pasión la relación de fenómenos mundiales que se han producido en los últimos 20 años, y que tienen a China en el centro de todo. La entrada del gigante asiático en el la OMC (Organización Mundial del Comercio), en 2001 lo cambió todo y evidenció “una cierta ingenuidad”. Es lo que señala ahora el primer ministro británico, Rishi Sunak, al reclamar una posición más dura y seria frente a China. “Entraron en el comercio mundial, y se pensó que eso implicaría el crecimiento de los sindicatos en China, una mayor presión de los trabajadores y, en consecuencia, una petición de libertades que no ha llegado”, indica Baños.
“Lo que debemos tener claro es que no podemos analizar a los chinos con nuestra mentalidad, porque sus prioridades son otras, con una mentalidad proclive a obedecer a sus gobernantes”, insiste el militar, dejando claro que las protestas que se han producido en diversas ciudades chinas, por los encierros a causa de la política de Covid cero, “no llegarán a más, o difícilmente se podrán traducir en algo más”.
¿Qué pasó respecto a la Unión Soviética, y China? “Aquí la diferencia ha sido clara. Mientras los soviéticos decían a sus ciudadanos que si trabajaban fuerte y estudiaban les darían una medalla, en China les han dicho que si lo hacían ganarían dinero y podrían vivir bien. Y así ha ocurrido, con una clase media muy poderosa si lo comparamos con varios decenios atrás”.
Geopolítica, mercado laboral, educación y tecnología, todo en casi una hora y media de conversación, con las preguntas correspondientes. La conexión es íntima: “Una de las cosas que una empresa china no entendía, en su relación con empresarios españoles es la legislación distinta en 17 autonomías”, señala uno de los asistentes, tras una reflexión similar de Baños. En ese momento, varias voces se pronuncian entre el público, en una librería en el centro de Barcelona: “Nosotros tampoco, nadie lo entiende”. Un claro mensaje, en comunión entre Baños y el público, para quien lo quiera recoger. "En España hay que estar más unidos", sentencia Baños.