El gran senador de Kentucky y médico Rand Paul, veterano con más de una década en el Senado norteamericano, ha tomado la espada para romper el telón detrás del cual se ocultaría la verdad sobre el origen del virus del Covid, que ya ha costado la vida de cuatro millones de personas, una cifra que sigue subiendo.
Como si de una novela de Tom Clancy se tratara, hay serios indicios de un origen artificial del coronavirus pandémico. En abril del 2020, el Nobel en Medicina y gran científico francés, Luc Montagnier, dijo de forma clara y sencilla que el Covid no era y nunca fue de origen natural, sino más bien un virus compuesto artificialmente, con secuencias exquisitamente injertadas entre sí, con la precisión de un relojero suizo.
En materia de virología, hay un tipo de experimentos específicos, y muy peligrosos, que se llama “aumento de funciones”, en inglés “gain of function”. A grandes rasgos, es la manipulación de la secuencia genética de un virus para aumentar su letalidad, la transmisión entre especies y su virulencia.
Por sus declaraciones sobre el origen de la pandemia, el Dr. Montagnier fue calumniado y ridiculizado mundialmente a través de los medios de comunicación, como si se siguiera la antigua maldición de la humanidad: el afán de condenar a quien trata de salvarla, que parece una tónica que sigue viva y coleando.
Aunque los medios de comunicación, con gran arrogancia, se burlaron del científico francés, el paso del tiempo esclarece mucho las cosas. En junio de 2021, el valiente senador de Kentucky, en un mano a mano de película en el augusto salón del Senado, acusó al Dr. Anthony Fauci, el jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), de mentir al pueblo norteamericano, y de enviar fondos al secretario del Instituto de Virología de Wuhan en la China sin seguir las pautas legales de control y aprobación para las excepciones a la prohibición general de los experimentos de “aumento de funciones” virales.
Específicamente, los fondos fueron a parar al laboratorio de la Dra. Shi Zhengli, la también llamada “dama murciélago” por su predilección de manipular coronavirus de estos mamíferos y aumentar así sus funciones. La Dra. Zhengli es la Directora del Centro de Enfermedades Infecciosas Emergentes en el Instituto de Wuhan. Es importante señalar que, en febrero de 2020, el gobierno chino colocó a la general del ejército Chen Wei, para que tomara el comando del instituto experimental. La Dra. Wei es una experta de altísimo rango en armas biológicas.
Las informaciones apuntan a que la aprobación por Fauci y sus colaboradores en el NIAID se hizo por la puerta trasera y sin control. El diputado de la Cámara Baja del Congreso estadounidense Jim Jordan, del estado de Ohio, ha dado a conocer numerosos correos electrónicos de Fauci muy comprometedores que señalan el conocimiento sobre un posible origen artificial del Covid-19 y de sus características de virus aumentado en funciones. El jefe médico fue rotundo en negar la posibilidad de la etiología artificial de la pandemia ante el pueblo estadounidense.
Pandora, en contra de la prohibición del edicto de los dioses, abrió la caja de misterios de donde escaparon las enfermedades y otros tormentos para la humanidad. Aumentar las funciones de un agente infeccioso, un virus, sobrepasa el contenido original del sortilegio.