La ciencia se mide mal en España, y eso dificulta la transferencia posterior al sector productivo. Se publica mucho, y bien en muchos ámbitos científicos, pero no se entra en el fondo de la cuestión, en la “incidencia, real” de esas publicaciones científicas que transmitan un conocimiento que pueda ser productivo. Los expertos llevan años señalando esa cuestión, pero no se traduce todavía en una reacción por parte del poder político, que ultima ahora la Ley de Ciencia. Alonso Rodríguez Navarro, excoordinador general de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora (CNEAI), mantiene que en España “hay poca transferencia de conocimientos porque lo que no se genera no se puede transferir”.
La idea que manejan los investigadores sobre cómo se busca el conocimiento en España es que las condiciones del sistema conducen a una investigación ineficiente. Y el problema no es únicamente español, pero sí le afecta más porque otros países, del entorno europeo, todavía viven de una inercia que les ha llevado a tener gigantes industriales.
Mal análisis de las publicaciones
Rodríguez Navarro apunta que se trata de la llamada “paradoja europea”. No es tanto que los conocimientos se transfieran mal, como evaluar realmente esos conocimientos. Esa falsa paradoja, según este veterano investigador, (Universidad Politécnica de Madrid) supone que, en comparación con Estados Unidos, Europa “es excelente generando conocimientos, pero falla en su transferencia al sector productivo. Y es una suposición errónea, que ha desorientado la política científica de países tan avanzados como Alemania o Francia".
Sin embargo, a España, como se apuntaba, ese punto de partida le afecta más. “El problema es que su transposición a España va a ser mucho más grave, porque Alemania y Francia estuvieron en la cumbre de los avances científicos y son potencias industriales, y en ciencia España siempre ha estado mal y el gobierno se confunde celebrando éxitos inexistentes”, señala Rodríguez Navarro en un trabajo publicado en el blog Nada es gratis.
Disparate matemático
¿Cuál es el error, por tanto? Este investigador señala a Crónica Global que “la capacidad de los investigadores españoles, en el campo de ciencias y de ciencias sociales, en muchos ámbitos especializados, es alto, y corresponde a un país desarrollado, pero el ambiente y la forma de investigar es lo que falla, porque no se trata de evaluar esas investigaciones por el impacto en publicaciones. Eso es un disparate matemático”, señala.
Los investigadores internacionales han llegado a un punto de encuentro, a partir del llamado Leiden Ranking de universidades. Se trata de un exhaustivo y riguroso análisis de la producción científica, que incluye a más de mil universidades de todo el mundo. El parámetro decisivo que se toma en cuenta es el número de publicaciones en el apartado del 0,02% más citadas, que “refleja los avances del conocimiento”, como apunta Rodríguez Navarro. (Ver gráfico, más arriba de la información). Es decir, en España “en cantidad casi aprobamos, pero en el avance del conocimiento tenemos un suspenso clamoroso, y es un fracaso profundamente decepcionante, que no lo ven quienes no quieren mirar”, en palabras del veterano investigador.
Publicaciones por millones de habitantes
Dicho de otro modo, lo que apuntan los expertos en evaluación es que una buena parte de la investigación se orienta a “superar evaluaciones absurdas”. Y se señala que un proyecto bien financiado por la Unión Europea tiene muchas menos probabilidades de éxito si se ejecuta en España que si se ejecuta en Países Bajos, por ejemplo. “El sistema español de I+D presiona a la ineficiencia y resolver esta ineficiencia debería ser el objeto de una ley de ciencia”, insiste Rodríguez Navarro.
Lo que apunta el Lenden Ranking es que España va quedando relegada a medida que se aumenta la exigencia del indicador. No es la cantidad, sino la calidad. El número de publicaciones por millón de habitantes en las universidades españolas es más pequeño que en Reino Unido y Países Bajos, 1.470 frente a 2.350 y 3.450 respectivamente, pero eso se debería contextualizar a partir de la también mucho menor inversión en España. El problema grave, consideran los expertos, es el que aparece en la columna del 0,02% que se muestra en el gráfico. Si se traslada al número de habitantes, eso muestra que Reino Unido y Países Bajos tienen ratios de 2,9 y 3,0 publicaciones por millón de habitantes, mientras que España presenta una ratio de 0,25, diez veces menos.
Sin premios Nobel a la vista
Respecto a las universidades ocurre lo mismo. Incluso cuando se compara (ver gráfico) la “mejor universidad española, la Universidad de Barcelona, muy por encima de la media nacional, con las universidades europeas en Reino Unido o Países Bajos”, y las diferencias son aún mayores con las dos universidades de Estados Unidos, como apunta Rodríguez Navarro.
Ello lleva a otro aspecto que, en realidad, va conectado: la presencia de premios Nobel. “Estadísticamente se puede decir que España dista mucho de poder ganar un premio Nobel en los próximos años”, concluye el investigador. Y es que todo depende del organigrama y del modelo científico que cada país haya sabido construir. Hay poco margen para casualidades.