Investigadores de la Universidad de Duke y la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han desarrollado dos pequeños pulmones artificiales para estudiar cómo afecta el coronavirus SARS-CoV-2 a estos órganos.

Los responsables de ambas facultades han creado estos minipulmones vivos a partir de células madre adultas. Con ellas, han dado forma a dos bolsas de aire vivas que absorben oxígeno, a modo de réplica de los alveolos, lugares con mayor afectación del virus.

Participación de Corea 

Una vez desarrollados, los científicos de la Universidad de Cambridge han infectado los organismos con una cepa de SARS-CoV-2 de a un paciente de Corea del Norte infectado en Corea del Sur. Gracias a una combinación de imágenes fluorescentes y análisis genético pudieron comprobar como en tan sólo seis horas el virus se expandía por todo el tejido.

Ante la amenaza las células crearon interferones, una respuesta inmunológica innata. En 48 horas, éstos ya estaban activos y batiéndose contra la infección. 62 horas después el tejido alveolar fue vencido, sus células murieron y el pulmón quedó completamente dañado.

Imagen fluorescente de la infección del coronavirus SARS-CoV-2 en minipulmones / UNIVERSIDAD DE DUKE

Objetivo

Ambos equipos infectaron sus minipulmones, el objetivo era precisamente ver la respuesta de las células pulmonares. Lo sorprendente del caso es a la gran velocidad que se produjo. El médico del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea Young Seok Ju, corresponsable del proyecto advierte que en el cuerpo humano el avance de la infección es mucho más lento.

Pese a ello, el doctor apunta que el estudio permite “desarrollar y seleccionar agentes terapéuticos potenciales contra la infección por SARS-CoV-2”, especialmente para los pacientes más vulnerables, como personas mayores o personas con problemas respiratorios.

Modificación genética

El equipo de la Universidad de Duke vio la misma respuesta inflamatoria que producía la respuesta inmune de los interferones causada por el coronavirus, la conocida como “tormenta de citocinas”. "Ahora tenemos una manera de descubrir cómo energizar las células para luchar contra este virus mortal", señala el coautor de dicho estudio, Ralph Baric.

Los investigadores del centro usan varias técnicas distintas al trabajo de Cambridge. Entre ellas destaca la modificación genética del coronavirus, para estudiar cualquier variante del mismo.