Una empresa de Agbar, Labaqua, ha sido la primera en recibir la acreditación para detectar y monitorizar la presencia del coronavirus SARS-CoV-2 en aguas residuales.
Los laboratorios de análisis y soluciones ambientales de la compañía catalana son los únicos que, por el momento, han obtenido el reconocimiento de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) --según la norma ISO 17025:2017-- para la detección y cuantificación del virus mediante diferentes métodos analíticos de detección rápida y cuantificación de unidades genómicas q-PCR.
Metodología
Labaqua tiene acreditación para realizar el análisis de aguas por dos métodos: uno, basado en el protocolo propuesto por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, y otro basado en referencias internacionales --donde ha intervenido Agbar--, desarrollado bajo el marco del proyecto internacional Reveal liderado por su centro tecnológico Cetaqua y el departamento de virología acuática de la Universidad de Barcelona encabezado por el experto Albert Bosch, y que alcanza mejores límites de detección facilitando así un mejor seguimiento de las curvas de evolución del virus.
El análisis rápido en laboratorio del virus consiste en un test q-PCR, considerado “un pilar básico fundamentado en métodos robustos y fiables que garantizan la calidad de los resultados”, afirma la compañía. Asimismo, la metodología analítica de Agbar “es uno de los pilares fundamentales de la red de control epidemiológico Covid-19 City Sentinel, solución que combina un plan de muestreo adaptado, análisis rápidos de RT-qPCR, filtrado y validación de datos mediante algoritmos de inteligencia artificial y el acceso a un completísimo observatorio digital de monitorización de la pandemia. Una solución ya implantada en varios territorios españoles para realizar un seguimiento de la evolución del virus en aguas residuales y anticipar así la aparición de posibles nuevos brotes.
Celeridad
Agbar destaca que, ante situación excepcional actual, es “imprescindible” desarrollar sistemas de vigilancia que faciliten la mayor capacidad de detección posible del virus --tanto en pacientes leves como en asintomáticos-- para poder tomar decisiones sanitarias con la mayor celeridad posible.
Recuerdan que la capacidad de estos sistemas de vigilancia para detectar y cuantificar la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales “ha quedado demostrada, convirtiéndose en una herramienta epidemiológica fundamental de alerta temprana para identificar, de forma precoz, su presencia”.