¿Nos creerías si te dijésemos que algunos millennials entran en Youtube para aprender? Sí, parece increíble, pero no todos los usuarios acceden a la plataforma de Google para ver vídeos sin más. De hecho, según la propia compañía estadounidense, en 2018 el 70% de los millennials que entraron en Youtube vieron algún vídeo para aprender algo nuevo u obtener información sobre algo que les interesaba.
Pues bien, en ese sentido, la labor de los divulgadores y científicos es básica. Porque se puede usar Youtube como una herramienta educativa, pero el contenido tiene que ser veraz y de calidad, si realmente se quiere aprender algo. De hecho, la red social de Google se han convertido para algunos expertos españoles en un medio de vida. Los edutubers, como se les llama, consiguen de este modo sobrevivir explicando lo que más les gusta, mientras alimentan Youtube de contenido que realmente tiene valor.
Un extra para los profesores
José Javier Priego, conocido en este mundillo como JJPriego.tv, y quien se considera a sí mismo el papá de los edutubers, es profesor en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y, en paralelo, gestiona un canal de noticias científicas en Youtube, Ciencias de la Ciencia, que cuenta con 135.000 suscriptores.
“Aunque Youtube no siempre está bien visto como canal, hay gente que realmente aprende gracias a este servicio. No se trata de que nuestros vídeos sustituyan las clases tradicionales ni que nosotros sustituyamos a los profesores, sino de que seamos un complemento, un apoyo”, fue una de las declaraciones de Priego durante la II Jornada Ciclo Tendencias en Sociedad Digital de la UOC en Barcelona.
Acercar la ciencia en la era audiovisual
Otra edutuber, Sandra Ortonobes, que estudió biomedicina y comparte sus conocimientos a través del canal La Hiperactina, recuerda, además, que el formato audiovisual no se puede ignorar, pero que hay que ofrecer un contenido contrastado y explicar las cosas con rigor. “Igual no entra tanta gente a tu canal a ver tus vídeos, pero las personas que lo hagan obtendrán la información adecuada”, explica.
Sin embargo, estos canales de ciencia también tienen su público fiel. Y si no que se lo digan a Martí Montferrer, geólogo y edutuber, que tiene una comunidad que ya supera el millón de suscriptores en su canal Cde Ciencia, lo que le permite vivir, en parte, de ello. “La ciencia peca de ser algo muy alejando, pero es el progreso de la humanidad. Y sí, se puede vivir de ello en Youtube”. Pero Montferrer confiesa que, en su caso, combina los ingresos que obtiene por los anuncios en Youtube, con la financiación para sus proyectos a través de plataformas de crowdfunding y eventos o patrocinios con marcas e instituciones.
“Un trabajo de riesgo”
Por otra parte, el canario Javier Santaolalla, físico de partículas, lo que pretende con su canal, Date Un Vlog, que roza el millón de suscriptores, es cubrir esa necesidad que vio de pequeño y “explicar física a otros”. Santaolalla considera que el youtuber o, mejor dicho, el edutuber puede ser una gran herramienta para los profesores y para el aula en sí misma. Además, él, que sí vive de esto, asegura que los científicos y expertos que hacen estos vídeos son auténticos “supervivientes” y también “empresarios”.
Y recuerda, al contrario de lo que pueda pensar mucha gente, que no es un mundo fácil y que hay una cantidad de trabajo enorme detrás de cada vídeo. “Se trata de ser creativos, trabajadores y, también, tener suerte. Además, a lo mejor, mañana todo esto se acaba. Es un trabajo de riesgo. No lo hacemos por dinero, sino porque creemos en algo”, subraya.
En general, lo que lamentan todos estos edutubers es que, al final de todo, tienen que intentar contentar tanto a su audiencia como también a la propia plataforma Youtube, que tiene sus particulares reglas y, también, su temido algoritmo.