Un grupo de investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos ha dado a conocer un nuevo e impresionante sistema de impresión en 3D con luz que podría revolucionar el sector, prometiendo ser cien veces más rápido que las técnicas actuales. Un método que consiste en solidificar resina líquida utilizando dos luces que controlan por una parte la resina endurecida y por otra la que aún se mantiene fluida. Esto permite ir solidificando los polímeros de una manera más optimizada, reduciendo el tiempo de fabricación.
Una de las múltiples novedades de este sistema es que, en lugar de construir filamentos capa por capa como hasta ahora hacían las técnicas de impresión 3D convencionales, la tecnología aditiva de la impresión 3D con luz permite ir mucho más lejos, levantando formas complejas de un cubo de líquido a máxima velocidad. Gracias a esto “se pueden obtener materiales mucho más fuertes y mucho más resistentes al desgaste”, afirma Timothy Scott, profesor asociado de Ingeniería Química de la Universidad de Michigan.
Las ventajas de la impresión 3D con luz
La impresión 3D con luz utiliza dos fuentes principales de funcionamiento: una luz para iniciar la reacción de solidificación y otra para detenerla, por lo que permite no sólo una mayor precisión de la impresión en tiempo y en espacio, también el hecho de minimizar el uso de más materiales y técnicas complejas.
El método mejora la integridad estructural de la impresión 3D de filamentos, ya que esos objetos tienen puntos débiles en las interfaces entre las capas y permite una producción de objetos más duraderos. Además, uno de los aspectos que más ha sorprendido a la comunidad científica es, por su puesto, su velocidad. La clave de este éxito radica en la química de la resina que utiliza, cuyo grosor hace que fluya miles de veces más rápido.