Un grupo de científicos ha diseñado un modelo para explicar el fenómeno del salto hidráulico, una onda estacionaria que se caracteriza por observarse cuando las capas de líquido experimentan diferentes direcciones y velocidades para acabar fusionándose formando una especie de ola de mayor altura. Un ejemplo práctico de este efecto, podemos observarlo en el lavabo de casa, justo en el momento anterior a que el agua caiga por el desagüe, la forma que adopta podría asemejarse a la de una pequeña ola rugosa.
Así lo explica Rajesh Bhagat, estudiante de doctorado de ingeniería química de la Universidad de Cambridge en Inglaterra: "Cuando abres el grifo en tu cocina ves que cuando el chorro toca la superficie de la pileta se esparce una capa fina de líquido en forma radial, que cambia su grosor abruptamente, en un punto en particular. Este cambio repentino en la profundidad del líquido o el grosor de la capa es lo que se llama salto hidráulico”.
Explicación de la investigación de da Vinci
El famoso inventor y pintor Leonardo da Vinci fue uno de los pioneros en iniciar la investigación que a día de hoy conocemos como “salto hidráulico”. Hasta este momento, una gran mayoría de científicos creían que los saltos hidráulicos se producían como resultado de la atracción gravitatoria. Sin embargo, un joven estudiante de doctorado de química llamado Rajes Bhagat ha lanzado una impactante teoría que podría hacer cambiar de parecer a la comunidad científica y responder a la incesante investigación que profesó Da Vinci durante su vida.
Según Bhagat los chorros de agua, o de cualquier otro líquido, están afectados por dos factores concretos: tensión superficial y viscosidad. A través de esta apreciación, el científico desarrolló una serie de experimentos alterando estos factores y disparando chorros de agua en otros sentidos y ángulos, llegando a una conclusión reveladora: “Estos experimentos y teorías muestran que la tensión superficial del líquido es clave, aunque nunca se haya reconocido como tal; a pesar de que este problema fue discutido por da Vinci y otros muchos desde entonces”, así lo afirmaba Paul Linden, junto con Bhagat, uno de los coautores de este estudio.