Un grupo de biólogos de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, ha determinado que nuestra exposición al color cian antes de dormir puede ser determinante para ayudar (o no) a conciliar el sueño. En concreto los investigadores han asegurado que los altos niveles de luz de este color consiguen mantener a las personas despiertas mientras que por el contrario una reducción a esta exposición ayuda a motivar el sueño.
Ante tal descubrimiento los responsables de este estudio, liderado por Rob Lucas y la doctora Annette Allen, pretenden desarrollar dispositivos para ordenadores y todo tipo de aparatos electrónicos en los que se permita corregir los niveles del color cian, algo que ya se había probado anteriormente mediante otros estudios, pero en relación al color azul, que según las investigaciones retrasaba el sueño.
Resultados del estudio
Para determinar nuestro nivel de vinculación con el color cian a la hora de dormir, los científicos utilizaron colores que fueran capaces de incluir y excluir el cian en una película y después comprobaron que cambios se producían en la somnolencia midiendo el nivel de melatonina, la hormona del sueño, en la saliva del grupo de personas analizado. Como principal resultado de la investigación, el profesor Lucas, determinó que nuestro cuerpo era capaz de reaccionar ante el cambio sin necesidad de estar expuesto a la luz cian a simple vista, es decir, el impacto en nuestro organismo se siente incluso si los cambios de color no son visibles para el ojo.
Por todo ello, aseguran los investigadores: “Este resultado es emocionante porque nos dice que la regulación de la exposición a la luz cian sola, sin cambiar el color, puede influir en lo somnoliento que nos sentimos”. Además, su aplicación en dispositivos tecnológicos supondría una gran relevación en el ajuste del “modo nocturno” de dichos dispositivos, puesto que hasta ahora el sistema que se sigue en estos aparatos utiliza como color predominante el azul en la mayor parte de los casos, color que retrasa el sueño.