La persona curiosa ¿nace o se hace? Sus rutinas o comportamientos –que hacen o tienen de forma inconsciente– son las principales razones de su amplio saber según un estudio publicado por Fast Company. El querer saber es una de las cualidades que sin duda caracterizan a este creciente grupo.

En primer lugar se halla "Escuchar a las personas sin emitir su juicio personal". Se trata de uno de los hábitos más difíciles de encontrar en la sociedad actual y que las personas curiosas tienen por descontado. Los curiosos tratan de comprender la perspectiva de los demás y están dispuestos a asentarse en la ambigüedad de esos datos, de forma abierta y curiosa, sin comprometerse con el resultado.

Preguntan de forma presencial

En segundo lugar, las personas muy observadoras mantienen el pensamiento de "realizar preguntas a su círculo social evitando respuestas de sí o no". Buscan que se tengan que contestar con frases hiladas entre sí que creen un sentido más amplio de la idea que se cuestiona. Esto crea la apertura cognitiva de la persona emisora y receptora de esa información.

Además, este tipo de sujetos "suelen apagar sus teléfonos móviles" centrándose en las conversaciones y evitando el estar en multitarea. Su deseo es dedicar el cien por cien de sus recursos a asimilar las palabras del interlocutor y poder crear una opinión desarrollada sobre ello.

Evitan la frustración

"Los curiosos le dan la bienvenida a las sorpresas en su vida". Tratan de probar nuevos alimentos, hablar con un extraño o hacer preguntas que no habían hecho nunca, exponiéndose así a recibir respuestas frustrantes. Sin embargo, obtienen de ellas información valiosa de cara a aprender otros aspectos.

La gente inquieta "siempre están en busca de conocimiento", por lo que buscan sacar el máximo jugo de las conversaciones con otros sin tener miedo a no tener respuesta sobre el asunto del que se habla. El objetivo no es otro que ampliar el entendimiento.