Una estudiante de la Universidad de California, Estados Unidos, aprendió algo que le ha cambiado la vida durante una clase de ciencias. La joven, llamada Anya Hettich, ha descubierto que su tío es en realidad su padre gracias a las explicaciones de una profesora.
Todo empezó cuando la profesora empezó a explicar los diferentes tipos de sangre. La alumna aseguró a la docente y al resto de sus compañeros que su grupo sanguíneo era diferente al de sus padres, algo biológicamente imposible. Su padre era del tipo O y su madre del tipo A, pero ella no era ni O ni A, era AB. La profesora, sorprendida, recomendó a su alumna mantener una conversación en el salón familiar con sus progenitores.
Cuando regresó a casa le preguntó a su madre y al verse sin escapatoria científicamente válida le confesó una infidelidad que ha ocultado a su familia durante 19 años, los mismos que tiene su hija. Al parecer la mujer mantuvo un idilio con el hermano de su marido, fruto del cual nació Anya.
Actualmente, los padres de la joven se encuentran en proceso de divorcio.