La soda es una de las bebidas más consumidas del mundo, superada sólo por el agua. En los Estados Unidos, los americanos beben 57 galones (unos 215 litros) de bebidas gaseosas por persona cada año, pese al alto grado de azúcar que hay en ellas.
Pero, ¿qué sucede dentro de los cuerpos de los consumidores de soda con cada sorbo? Medical Daily te lo explica.
Tan pronto como se bebe un sorbo de esta bebida, el páncreas recibe una alerta y rápidamente comienza a crear insulina en respuesta al azúcar. La insulina es una hormona que el cuerpo usa para mover el azúcar de los alimentos o bebidas al torrente sanguíneo, donde las células son capaces de usar este producto para obtener energía. En tan sólo 20 minutos, los niveles de azúcar en la sangre suben y el hígado responde a la insulina convirtiendo el azúcar en grasa para el almacenamiento.
Pupilas dilatadas y presión arterial
Solo 45 minutos de tragarse un vaso de 20 onzas de refresco, la cafeína de la bebida se absorbe, y como resultado sus pupilas se dilatan y la presión arterial se eleva. El cuerpo produce más dopamina, que estimula los centros de placer del cerebro, del mismo modo a que si se tomara una raya de cocaína.
Ataque al corazón
La vinculación de soda con la epidemia de obesidad está muy entrelazada. Los investigadores de Harvard han calculado que cada soda adicional consumida aumenta el riesgo de obesidad 1,6 veces.
Además de la amenaza de alcanzar niveles de obesidad preocupantes, los investigadores, después de monitorizar a 40.000 hombres durante dos décadas, observaron que los que bebían una bebida azucarada cada día tenía un 20% mayor riesgo de tener un ataque al corazón. El jarabe de maíz de alta fructosa —un reemplazo más económico para el azúcar de caña— se ha asociado con un mayor riesgo de síndrome metabólico, que conduce a la diabetes y enfermedades del corazón.