“La percepción del tiempo, al igual que la visión, es una construcción del cerebro y es sorprendentemente fácil de manipular”, escribe David Eagleman, reconocido neurocientífico estadounidense, en su ensayo titulado Brain Time. “Todos conocemos las ilusiones ópticas, en las que las cosas parecen diferentes de cómo son en realidad; el mundo de las ilusiones temporales es menos conocido”, añade.

Las ilusiones temporales son algo que distorsiona nuestra percepción del tiempo y pueden ser causadas por diferentes tipos de experiencias, como el deporte, el sexo o incluso el consumo de drogas psicodélicas.

Caída libre

Eagleman probó su teoría sobre la percepción del tiempo en un experimento en el cuál unos voluntarios se lanzaron a una red de seguridad desde una plataforma con una altura de un edificio de 15 plantas.

Posteriormente, los participantes en el experimento compartieron su percepción del tiempo que duraron las caídas. “La estimación de la duración de su propia caída era un tercio más larga que la caída de los otros”, señaló Eagleman.

Así, cuando experimentaron en sus propias carnes algo extraordinario, emocionante y aterrados, su percepción del tiempo se había ralentizado. Durante estos breves momentos, sus vidas parecían que duraban más.

¿Por qué se ralentiza el tiempo?

Según Eagleman, en una situación crítica, como una caída libre desde una elevada altura, se activa la amígdala, una zona del cerebro que hace que toda nuestra matera gris se centre en la situación que estamos viviendo en ese momento.

"Cuando la amígdala se involucra, los recuerdos son establecidos por un sistema de memoria secundaria", explica Eagleman. Así, en las circunstancias críticas, el cerebro puede almacenar memorias "con mayor densidad", dejando así la impresión de que el evento ha durado más tiempo del real.

Tras años de investigaciones, Steve Taylor, profesor de Psicología en la Universidad de Beckett de Leeds (Reino Unido), llegó a la conclusión de que hay dos maneras de prolongar nuestra percepción del tiempo: enfrentarse a situaciones desconocidas y prestar atención consciente a las experiencias que estamos teniendo.