Científicos de la Perelman School of Medicine de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, han descubierto que las pruebas que miden el sentido del olfato pueden ayudar a diagnosticar de forma precoz la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo leve.
Para alcanzar esta conclusión, publicada en el Journal of Alzheimer's Disease, los expertos, liderados por David R. Roalf, realizaron la prueba de identificación de olor de Sniffin Sticks, en la que los sujetos deben tratar de identificar 16 olores diferentes, y una prueba cognitiva estándar a 728 mayores.
75% de acierto
Anteriormente, los participantes habían sido sometidos a métodos neurológicos y catalogados en tres grupos: adultos mayores saludables; deterioro cognitivo leve; o demencia de Alzheimer. De esta forma, los investigadores realizaron la prueba de olfato a cada grupo, comprobando que el diagnóstico de deterioro cognitivo era más preciso.
Y es que, por ejemplo, cuando la prueba cognitiva por sí sola clasificó correctamente sólo el 75% de las personas con deterioro leve, esa cifra se elevó a 87% cuando se añadieron los resultados de la prueba de olfato. Además, la combinación de las dos pruebas también permitió una identificación más precisa de los adultos mayores sanos y aquellos con demencia de Alzheimer.
Detección de olores
"Estos resultados sugieren que una simple prueba de identificación de olores puede ser una herramienta complementaria útil para clasificar clínicamente el deterioro cognitivo leve y el Alzheimer e, incluso, para identificar a las personas que están en mayor riesgo de empeoramiento", han aseverado los expertos.
Ahora, los investigadores van a analizar si los marcadores proteicos del Alzheimer, que están presentes en la región olfativa del cerebro antes de que ocurra la demencia, pueden detectarse en el líquido nasal para proporcionar una advertencia aún más temprana del proceso de la enfermedad.