Bonaventura Clotet (1953) es uno de los médicos más reconocidos a nivel internacional por sus investigaciones para encontrar una cura para el sida. Su Instituto de Investigación del Sida, IrsiCaixa, se ha convertido en uno de los laboratorios más importantes del mundo. Con más de veinte años de profesión, su nombre está estrechamente relacionado con esta enfermedad que apareció en España cuando él se iniciaba como médico y cuyo desconocimiento por parte de la comunidad médica era absoluto. Ahora es uno de los máximos expertos en la materia, que trabaja para desarrollar una solución contra esta infección que permita a los pacientes poder hacer vida normal.
¿Cuáles son los avances más interesantes que están por producirse a nivel científico en la lucha contra el sida?
Lo que se pretende es poder conseguir que en el horizonte del 2030 se disponga de un tratamiento que permita curar la enfermedad. Desarrollar diferentes estrategias que nos lleven a poder eliminar el virus de los escondites en los que permanece y que hace que no pueda interrumpirse nunca el tratamiento en las personas infectadas, ya que actualmente la enfermedad se cronifica y la toma de medicamentos es de por vida.
¿Cuáles son las estrategias?
Queremos erradicar el virus para que se pueda considerar que una persona ya está curada y eso es mediante diversas estrategias: desde una vacuna a fármacos que hagan salir el virus de sus escondites. Se esperan tener pruebas de conceptos para 2020. Es decir, se mira si estas estrategias combinadas realmente están impactando en esos escondites para ir avanzando. Y, en caso afirmativo, para el 2030 pensar que sí, que tendremos una demostración clara y fehaciente en un contexto determinado de pacientes en los cuáles se puede curar la enfermedad.
Pero, ¿se podrá erradicar totalmente o es una cura que siempre será más compleja y con un componente crónico?
Es más complejo por el hecho de que el virus permanece agazapado en unas células que aparentemente son normales. Está en un tipo determinado de linfocitos CD4, pero también podría estar en otros tipos celulares --no queda claro-- y de allí podrían reaparecer si no se eliminan concretamente todos estos reservorios o sitios de escondites para el virus.
¿Se podría probar en 2017 la primera vacuna contra el virus?
La investigación científica está reñida con los titulares de los periódicos. En función de lo que se va avanzando, puede ser que se quiera optimizar mucho más el estado de la vacuna y se empiece en 2018. Lo importante no es solo hablar de una vacuna, porque no es la única herramienta que va a permitir curar el sida, sino la combinación de diferentes estrategias.
Estamos desarrollando mucha investigación pero, indudablemente, no podemos decir si será dentro de uno, dos o tres años, pero intentamos que sea cuanto antes y cuanta más ayuda recibamos, mejor.
¿Desde IrsiCaixa se trabaja en más de una estrategia?
Se trabaja combinándolas todas. Las estamos desarrollando todas gracias a l’Obra Social La Caixa y la Generalitat de Cataluña, que apostaron por el Irsi hace más de 20 años.
¿La Generalitat es más generosa que el Estado? ¿O suerte de que existe La Caixa?
Suerte que existe el binomio Obra Social y la Generalitat, porque gracias a ellos se ha mantenido el soporte a la investigación en el sida y ha permitido que IrsiCaixa sea, en la actualidad, uno de los laboratorios más importantes del mundo.
¿Cuál es el principal reto que aún hay en la lucha contra el sida?
El sida tiene distintos puntos que todavía quedan pendientes y que será necesario resolver para poder decir que la epidemia está controlada, que no hay nuevas infecciones y que se curan las personas.
Un punto muy importante es la aparición de virus resistentes en el mundo. En África hay 18 millones de personas que hacen tratamiento con fármacos que no son enteramente los más óptimos y que de acuerdo con las características del tipo de virus del sida que se escuda en África pueden tener más facilidades de desarrollar resistencias a estos tratamientos. Eso significa que nos podemos encontrar con una gran emergencia de virus resistentes del VIH en los próximos años que dificulte mucho más el control de la infección en África y que impiden la cronificación adecuada del sida. Es muy importante hacer investigación en este caso.
Terapia Pre-Exposición
En los estudios que publicáis habláis de diez infecciones diarias solo en nuestro país. ¿Es una tendencia peor que la de, por ejemplo, hace diez años?
Es una tendencia que se mantiene bastante estable y lo que, de alguna manera indica, es que se percibe la enfermedad como una enfermedad crónica que no tiene mucho riesgo. Debería haber más información, más formación, más educación sexual y sobre las enfermedades de transmisión sexual en las escuelas… Esto llevaría, quizás, a una concienciación mayor del riesgo que hay a infectarse y, por lo tanto, hacer una mejor prevención.
Para reducir el número también habría que aplicar que se pudiera tener acceso ya definitivo a la terapia Pre-Exposición (PrEP), que es tomar un comprimido de una sustancia llamada Truvada, que si se toma correctamente previene más del 90% de la infección aunque no se utilice el preservativo.
¿Los jóvenes han perdido el miedo al sida?
El miedo y el conocimiento. Muchos no saben ni lo que es, otros piensan que ya no existe y otros que si se infectan ya se tratarán y que no hay problema. Pero se pueden tener muchos problemas. Es muy complicado. Hay que ir con cuidado y es mejor la prevención.
¿Cuál es la principal vía de infección en España hoy día?
Los hombres que tienen sexo sin protección con otros hombres son los que tienen mayor riesgo. Pero lo que está claro es que también hay infecciones de personas que mantienen prácticas heterosexuales. En Europa es predominante en los hombres que tienen sexo con hombres, pero en el mundo, globalmente, es una enfermedad de transmisión heterosexual.