Una encuesta de la Fundación para Ciencia y la Tecnología (FECYT), dependiente del departamento de Luis de Guindos, certifica que sólo a un 15% de españoles le interesan estos temas.
Entre los políticos, parece que todavía a menos y que entre ellos no se encuentra Mariano Rajoy. Ni una sola pregunta sobre investigación y desarrollo (I+D) en los debates electorales a cuatro y ni una referencia en los rifirrafes de investidura entre los 15 grupos con representación en el Congreso de los Diputados.
Tras casi una década de inversión dando tumbos y gobiernos dando la espalda y con la tijera en la mano, los indicadores muestran que España se ha colocado en la indigencia científica, a la cola de la OCDE. Con pérdidas irreparables por el desfase del sistema de I+D+i. Y en la propia economía.
Repercusiones económicas
De haber invertido en 35 años la media de los países miembros (el 1,6% del PIB), los españoles habríamos sido, por cabeza, un 20% más ricos. El cálculo proviene del organismo ante el que se tapan los oídos embajadores con sueldos diezmieleuristas, como el exministro José Ignacio Wert, a quien Rajoy le encomendó su desastrosa reforma educativa, la OCDE.
España sigue sin levantar cabeza en la clasificación europea de países por su inversión. Se ha situado en el furgón de cola y a una distancia abismal de los países nórdicos y de Alemania, que dedican el 3% del PIB. Con su austero y raquítico 1,22% ha pasado a ocupar el puesto 18 de entre los 28 estados de la UE. Y se ha visto sobrepasada hasta por Portugal.
Líder en recortes
También tiene el honor de haber sido el país europeo, superando incluso a Grecia, que más ha recortado en este campo durante los años de crisis.
Los investigadores agrupados en la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) han calculado que de haberse mantenido los niveles de financiación de 2009, la ciencia española habría contado hasta hoy con 20.000 millones de euros más. “Es una herida tan gorda que no se puede curar solo con gasas y mercromina”, en palabras de José Molero, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, y coordinador del informe que analiza cada año los presupuestos para I+D.
El ridículo remedio que apunta el investigador fue en el 2016 el aumento de un 0,36% del presupuesto. Inútil tras ocho años de recortes y hemorragias que han provocado, por ejemplo, la pérdida en el mayor organismo de investigación, el CSIC, de 10.500 investigadores “que otros países están aprovechando”, como denuncia CCOO.
Drástica caída de patentes
Sin contar 4.000 más de universidades y otros organismos que han dejado a España con apenas 122.35 investigadores. La cifra nos sitúa, otra vez, a la cola de Europa en relación con la población, según datos de las Fundación Cotec.
Esta institución, cuya presidencia de honor ostenta Felipe VI, apunta otro dato demoledor sobre propiedad industrial: la solicitud de patentes españolas en los últimos seis años se han reducido en un 60%. “La ciencia está viviendo el momento más negro de la democracia”, ha advertido el líder sindical Ignacio Fernández Toxo.