Hace algunos años, un partido del Barça el día de Sant Jordi era el peor de los augurios. En la memoria de muchos, el recuerdo de las calles vaciándose una tarde de hace no demasiados años al comienzo de un partido que no se quisieron perder ni tan siquiera más de un editor y escritor. Sin embargo, tras una pandemia, que alteró durante dos años seguidos una celebración en la que está en juego el 10% de las ventas de todo el año en catalán y el 5%, en castellano, ¿quién teme un partido de fútbol?
Desde la organización, la Cambra del llibre, le han quitado importancia a esta coincidencia y, de hecho, el presidente del Gremi de editors, Patrici Trixis, ha ironizado sobre la posibilidad de que una victoria del Barça, que dicho sea de paso, no está en su mejor momento, pueda animar aún más las compras, puesto que a la finalización del partido –en torno a las 18h– las paradas de libros todavía estarán abiertos. La despreocupación ante el encuentro deportivo es reflejo de una festividad que ha demostrado ser capaz de sobreponerse, no solo al Covid, sino también al fuerte viento y a las lluvias provocadas por el escalafit que azotó Cataluña el pasado año provocando unas pérdidas de entorno 15.000 euros.
Librerías como La Central se vieron obligadas a cancelar firmas y retirarse, mientras que otras, como Lata Peinada, lamentaron la pérdida de varios ejemplares a causa del granizo, infortunio que también padecieron editoriales cuyas paradas literalmente volaron a causa del fuerte viento. No obstante la caída de ventas más que esperable durante las dos ediciones marcadas por el Covid y de las pérdidas del año pasado, Sant Jordi ha conseguido mantener su estatus de fecha clave para la industria editorial. Prueba de ello es que, el pasado año, a pesar de la meteorología adversa, la festividad volvió a reunir en las calles de Barcelona en torno al millón de personas, una cifra que no se contabilizaba desde el 2019.
¿Qué esperar de este 2023?
Para este año, las expectativas son más que elevadas, algo que queda reflejado en el despliegue: el domingo 23 de abril, la ciudad de Barcelona se llenará de paradas de libros y de rosas a lo largo y a lo ancho, alcanzado el espacio disponible hasta los 3.294 metros, es decir, un 17% más que el año pasado. También aumentan las paradas de libro –320 en total frente a las 287 del 2022– y sobre todo aumentan un 25% las paradas dedicadas a las firmas de libros.
En total, habrá 213 puestos en los que los autores podrán rubricar los ejemplares a los lectores. No hay que olvidar que la presencia de los autores no es solo uno de los principales atractivos de Sant Jordi, sino también y sobre todo uno de los alicientes fundamentales para la compra de ejemplares por parte de lectores que desean ver impresa la dedicatoria de su autor de cabecera. Es precisamente por esto que las editoriales movilizan a todos sus autores, sobre todo a esos caballos ganadores que muy previsiblemente tendrán largas colas.
Como suele ser ya habitual, los premios Planeta atraerán a muchos lectores, pero no serán los únicos: Eva García Saenz de Urturi, que con El ángel de la ciudad preside desde hace algunas semanas los libros más vendidos, o Elisabeth Benavent, que en una sola semana se colocó entre los más vendidos, previsiblemente destacarán en los recuentos que se harán en el balance que se haga al final de la jornada. Muy probablemente, en esa contabilidad encontraremos también a Carles Porta, que el año pasado fue, junto a Empar Moliner, uno de los autores más vendidos en catalán.
Para este 2023, una de las grandes apuestas en literatura catalana es la periodista y escritora Gemma Ruiz, que lleva más de 25.000 ejemplares vendidos de Les nostres mares, y la escritora Marta Orriols, cuya novela La possibilitat de dir-ne casa fue, según el Gremi de Editors, el libro más vendido de la semana pasada. Junto a estos títulos, no se puede no mencionar Gran enciclopèdia del Barça, libro de humor canalla publicado por Blackie Books y escrito por La sotana, programa de radio de enorme audiencia de la Cadena Ser.
Además de estos autores hay que mencionar que este año los fanáticos de la novela negra están de suerte: la superventas Camilla Läckberg firmará el próximo domingo. Será el primer Sant Jordi para la escritora sueca como también lo será para Pedro Almodóvar, que también acudirá a la capital catalana para firmar El último sueño, su último libro de relatos.
Una ciudad de libros
Como señalábamos, serán 3.294 los metros habilitados para que los libros sean los protagonistas. La mayoría de las actividades se concentrarán en la llamada Superilla literaria, que se extenderá, como ya lo hizo el año pasado, de la avenida Diagonal y hasta la Gran Vía, entre las calles de Pau Claris y Balmes. Sin embargo, serán muchas otras las calles que serán escenario de la festividad. Por un lado, tras varios años se recuperan Las Ramblas como uno de los enclaves principales –desde Canaletes hasta la calle Ferran, pasando por la plaza Reial– así como el Paseo Lluís Companys, donde tradicionalmente son más elevadas las ventas de libro infantil y juvenil.
El barrio de Gràcia también será un hervidero, gracias a ese eje que va desde el la plaza de la Vila de Gràcia hasta la calle Gran de Gràcia dedicado a libros y a rosas. Plaza Sarrià también será protagonista, como ya lo fue el año pasado, principalmente gracias a la parada de la librería A peu de pàgina, donde acudirán a firmar varios escritores a lo largo de todo el día.
Hablemos de cifras
A pesar del granizo, de la lluvia y el viento, a pesar de las pérdidas provocadas por los daños causados por la meteorología, el 2022 fue un año excepcional: se vendieron 1,5% más de ejemplares que en 2019, último año prepandémico y fecha hasta entonces de referencia en cuanto, por primera vez, se alcanzaron los 22 millones de ejemplares. Sin embargo, a pesar de que las semanas precedentes no habían acompañado en términos de venta, a pesar de que la inflación no auguraba grandes resultados, el 2022 sorprendió arrojando la espectacular cifra de 22,5 millones de ejemplares vendidos. ¿Será posible batirla este año?
Las expectativas son efectivamente elevadas y la organización se ha volcado para que así sea. Se espera, por lo menos, alcanzar las ventas del 2019, esos 22 millones que supondrían una gran bocanada de aire para una industria que no es ajena a las subidas de precio –ya el año pasado, el aumento en el coste de papel, del carburante y de la electricidad se había hecho notar y con creces tanto en editoriales, librerías y distribución– y a la posible constricción de los lectores a la hora de gastar.
Los datos oficiales se conocerán a los pocos días de Sant Jordi; lo único que se puede avanzar es que, a diferencia de otros años, el 5% de descuento sobre los libros solo se efectuará el viernes 23. No los días anteriores.