John Lee Anderson: "En América Latina el tránsito de la pobreza a la revuelta social ha sido captado por el narco"
- El periodista, ejemplo del mejor periodismo de todos los tiempos, publica una antología de sus mejores artículos, en 'He decidido declararme marxista', junto a un breve ensayo, 'Aventuras de un joven vagabundo por los muelles'
- Señala que The New York Times ha encontrado una fórmula "exitosa" para salir adelante, pero con historias que se podrían encontrar en revistas del corazón
Firmes. Es John Lee Anderson, uno de los representantes del mejor periodismo, el que se escribe a partir de lo que se ve tras hablar con los protagonistas de los hechos. Sin mostrar sus cartas, con la voluntad de empatizar con el dirigente político que tenga delante para poder explicar bien qué hay detrás, John Lee Anderson acaba de publicar He decidido declararme marxista, una aseveración que nunca cumplió, pero que expresó de joven y resulta jocosa.
Uno de los culpables de esa obra, --el primer volumen, habrá un segundo-- que recoge los mejores árticulos del periodista, es el editor de Debate, Miguel Aguilar. Es la obra en lengua española de un periodista que ha recorrido el mundo, que ha conocido de primera mano los principales conflictos bélicos, en África, Oriente Medio o América Latina, una de sus grandes pasiones. Desde Barcelona, John Lee Anderson (California, 1957), autor del enorme libro Che Guevara: una vida revolucionaria, se muestra preocupado. Sigue impresionado de que el nuevo populismo haya llegado desde Estados Unidos, desde la misma Casa Blanca. Y señala en esta entrevista con Letra Global que el peligro es real: "Si Trump procede como ha prometido habrá violencia y convulsión en Estados Unidos". Y tiene claro que las revueltas sociales son ahora "más difíciles" por la presencia del narco: "El tránsito de la pobreza a la revuelta social ha sido captado por el narco", asegura.
La recopilación con sus mejores artículos, que se complementará con un segundo volumen a partir de perfiles con grandes protagonistas de la Historia, llega junto a otra obra, un breve ensayo editado por Anagrama: Aventuras de un joven vagabundo por los muelles, que recoge su estancia en Las Palmas, cuando un joven John pretende viajar desde Inglaterra hasta Togo para ver a su hermana Michelle, que se encuentra en una expedición antropológica. Varado en Las Palmas, el joven sale flote gracias a la ayuda de una "señorona" que le ofrecía bananas en una plaza, tras comprobar que solo era un niño que se encontraba a la deriva. Pero aquella experiencia sigue intacta en la cabeza de John Lee Anderson, que lo mira todo ahora con "escepticismo", y con la sensación de que las redes sociales han arrasado con todo, provocando una "degradación moral".
Sin embargo, el periodista no pretende moralizar, no lo ha hecho nunca. Lo que sostiene es que las redes sociales han arrojado fenómenos extraños. Es el caso de dos agitadores, que fueron expulsados de la red Twitter, por ensalzar todo tipo de tropelías, como Alex Jones y Andreu Tate. "Musk los ha invitado a su red X, y han ganado muchos más seguidores. Estamos en un momento populista, como sucedió en el pasado, en los años treinta, y, despujés, en los sesenta, con los autoritarios utópicos, como pudo ser Castro. El gatillo catalizador ahora han sido las redes sociales, para mí la verdadera marisma tóxica. Los políticos o los vendedores de todo tipo de productos se han dado cuenta de que la viralidad es la nueva virtud. No hay nada bueno o malo, hay likes. Se puede tener una hinchada y eso es lo que buscan", señala John Lee Anderson, que prosigue con determinación en su español diáfano, repleto de expresiones latinoamericanas: "Musk ha invitado a gente que estaba fuera por su peligrosidad. Y resulta que alguien tan tóxico como Tate ha pasado de 30.000 seguidores en Twitter a más de diez millones con X. Musk ha hecho ricos a toda esa gente, porque esos seguidores supone que pueden ser 'bancados' (financiados)".
Testigo, no fiscal
Eso se une a un fenómeno que algunos analistas han calificado de 'Malismo'. Se trata de utilizar expresiones o de atacar a alguien a quien le ha ido mal. Es lo que ha hecho Trump, al "menospreciar" a héroes de guerra en Estados Unidos como John McCain, que fue torturado y capturado. "Para él son perdedores. Son actitudes que no son explicables desde un punto de vista lógico. Sin embargo, esas posiciones atraen a más gente en las redes sociales".
El periodista explica. Como señala David Rieff en el prólogo del libro, John Lee Anderson "el buen periodismo consiste en ser un testigo, no un fiscal", y esa característica se la atribuye a Lee Anderson. ¿En qué posición está? Rieff es oportuno: "Lo leo como si hubiera evolucionado durante estos decenios desde algún sector de la izquierda ortodoxa hasta algún sector de la izquierda escarmentada pero todavía optimista en algún sector, a pesar de todo".
Y eso lo muestra en la conversación con Letra Global. Tal vez uno de los mejores conocedores de la realidad de América Latina, el periodista admite un cambio que es muy negativo para él, aunque no definitorio. "En los últimos decenios las posibles movimientos revolucionarios en muchos países de Latinoamérica se han trasformado en otra cosa. El tránsito de la pobreza a la revuelta social ha sido captado por el narco. Hace décadas no había una economía negra. Podías subir una montaña y buscar un mundo mejor, --como metáfora de un cambio social-- pero ahora hay una economía que capta a las capas empobrecidas. Hay un narco-mundo, y eso no existía. Ese es el cambio".
Entonces, ¿es imposible una mayor democratización, un cambio social en países como México, o Colombia? John Lee Anderson rechaza la palabra "imposible". Se pone serio y señala que "lo que sucede es que será mucho más difícil que antes, pero no imposible. Habrá que tener en cuenta esa realidad". Lo dice tras reflexionar sobre Colombia, sobre el pacto alcanzado con las FARC en 2016, que no salió bien, porque "a muchos campensiones los trataron fatal, y han decidio quedarse en la selva, ligados al narco, porque toda su vida está ya relacionada a ello".
Los negocios, con los populistas
En el caso de México "todo el país está permeado con el narco. Y crea mucha confusión. No puedes saber para quién trabaja, por ejemplo, un guardia de seguridad de Claudia Sheinbaum (presidenta de México). Ese es el gran cambio respecto a hacer unos cincuenta años: la capacidad de penetración del narco".
Toda América se verá ahora influida por el mandato de Trump. ¿Qué relaciones establecerá? El periodista tiene claro que el programa de Trump implica riesgos muy serios. "Amenaza con aranceles del 25% a México y Canadá, y eso sería muy destructivo. Luego está la especie de caza de brujas contra los inmigrantes. Si procede como ha prometido habrá violencia y convulsión en Estados Unidos, un gran caos. La cuestión es que no hay apenas respuesta, porque el Partido Demócrata está todavía atónito".
Para John Lee Anderson el caso de Argentina es algo distinto, porque Milei estaba en contacto con el núcleo de Trump, y ha anticipado algunas de las políticas "trumpistas". El mundo de los negocios, asegura, los "bisneros", han abrazado el discurso de Milei y de Trump, "con la idea de que se privatizará todo". Ese mundo "no escucha los exabruptos de Milei y se queda con el mensaje económico".
Esa es la realidad que se ha instalado. El periodista, que ha publicado buena parte de su obra en The New Yorker", rechaza, sin embargo, que el liberalismo político --la izquierda en Estados Unidos-- deba fustigarse por todo, y lamentar la mayoría de su discurso público. Considera que "no hay razones que justifiquen el comportamiento de los trumpistas, porque los argumentos económicos no son suficientes". Se trata de una ola populista que se fomenta en las redes sociales. ¿Pero, qué debe hacer el periodismo?
Los grandes medios no están fuera de esa ola, de esa realidad. Lee Anderson señala que tanto The Washington Post como Los Ángeles Times han quedado en manos de magnates, de Jezz Bezos y del chino-sudafricano Patrick Soon-Shiong respectivamente. Y que los dos no han querido molestar a Trump, rechazando editoriales a favor de Kamala Harris en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
En cambio, "resiste The New York Times". Pero hay matices que guardan relación con la salud del periodismo. "El diario ha encontrado una salida, con las suscripciones, y es exitosa. Da gusto leer las historias que publica, pero, ¿qué historias? Hace poco leí un artículo sobre mujeres ucranianas solas, que no tienen citas. Salían fotografías que reflejaban esa soledad en Ucrania, todas muy bellas. Estaba bien, pero, ¿no era eso propio de otros medios, era People? No, ¡era The New York Times!. Se publican historias que, a través de los algoritmos, sabemos que gustarán. Damos lo que las masas quieren. ¿Es lo que debemos hacer?".
El periodismo deberá dar cuenta, en todo caso, de lo que suceda en el nuevo mandato de Trump. John Lee Anderson, que acumula una experiencia única, prevé un papel muy activo en el campo internacional. Con Marco Rubio como secretario de estado, alguien "muy ideologizado", la administración Trumpo podría activar cambios mayúsculos en "Cuba, Venezuela y Nicaragua, los últimos países con pretensiones revolucionarias que están en una situación límite". ¿Consecuencias? "Hay una visión internacional que no ofrecería grandes resistencias si eso se produce".