Enrique Murillo es "un chico serio de 78 años", que ama la cultura, la gran literatura por encima de todo. Ligado al mundo de la edición, ha trabajado en Planeta, Alfaguara y Anagrama y también en Plaza&Janés. Ha ejercido de periodista y cree que se debería elevar el nivel de todos los ciudadanos con planes de lectura ambiciosos. ¿Es bueno leer? Sí, explica, pero ¿qué lecturas? Coordinador de un máster de edición en la UAB, Murillo elige sus preferencias culturales con precisión y criterio propio. Su apuesta es rotunda a partir de su propia experiencia como editor, y no se limita a un autor o a una obra. El abanico es amplio. 

 

 

 

Enrique Murillo es "un chico serio de 78 años", que ama la cultura, la gran literatura por encima de todo. Ligado al mundo de la edición, ha trabajado en Planeta, Alfaguara y Anagrama y también en Plaza&Janés. Ha ejercido de periodista y cree que se debería elevar el nivel de todos los ciudadanos con planes de lectura ambiciosos. ¿Es bueno leer? Sí, explica, pero ¿qué lecturas? Coordinador de un máster de edición en la UAB, Murillo elige sus preferencias culturales con precisión y criterio propio. Su apuesta es rotunda a partir de su propia experiencia como editor, y no se limita a un autor o a una obra. El abanico es amplio. 

 

 

 

El libro clásico que siempre está presente

La Celestina, porque es un gran inicio narrativo para un país que ha tenido y tiene una producción novelesca poco relevante. The Cantos de Ezra Pound porque me alentó a escribir poesía durante unos cinco años. La playa de Falesá de Robert Louis Stevenson, La figura de la alfombra de Henry James, (y años más tarde, también Desesperación de Vladímir Nabókov), porque traduciendo estas obras entendí que podía decir algo escribiendo novela sobre algunas de mis más íntimas preocupaciones. La conjura de los necios de John K. Toole y El héroe de las mansardas de Mansard de Álvaro Pombo, porque mis informes alabando las peculiares virtudes de ambos textos encarrilaron mi vida hacia la edición. Todas las almas de Javier Marías, porque nuestra animada discusión por correspondencia postal con el autor, a partir de mis críticas a su primera versión (cuando aun se titulaba La novela de Oxford), fue un bello y no del todo frustrado ejercicio de editing a la anglosajona. Y me valió un cameo en una obra posterior del mismo autor y amigo.

'La Celestina', Fernando de Rojas

 

El libro del año

No sé muy bien en qué año vivo, pero serán de este o del anterior los siguientes: Bienvenidos a Welcome de Laura Fernández y El matrimonio anarquista de Begoña Méndez y J. Mª Nadal Suau por su saludable heterodoxia, su innegable originalidad en unos tiempos de soso manierismo. Y El evangelio según María Magdalena de Cristina Fallarás por el infatigable afán combativo de su autora.

'Bienvenidos a Welcome' de Laura Fernández

 

La película de tu vida

El lobby contra el cordero de Antonio Maenza porque es mi única contribución al cine. Se rodó parcialmente con mi Bolex de 16mm, soy el autor de parte del guión, lancé personalmente, fuera de plano, el litro de sangre de cerdo (sic) que cae sobre el protagonista, justo castigo por ser un neocapitalista, y porque Maenza me pidió que apareciese en el último plano enfocando al cielo de Zaragoza, convertido en la imagen del futuro del cine. Por poco nos costó a los dos la cárcel, a mí habría sido en un penal militar.

Y porque admiro el cine negro, el musical, el western crepuscular, el melodrama… : El halcón maltés y The Misfits, de John Huston; Cantando bajo la lluvia de Stanley Donen;  Some Like it Hot de Billy Wilder; Cheyene Autumn de John Ford; Cautivos del mal de Vincent Minnelli; Sed de mal de Orson Welles, Mullholand Drive de David Lynch.

'El lobby contra el cordero' de Antonio Maenza

 

La serie que te engancha o el pensador de referencia

Sigmund Freud y Jacques Lacan, por hacer visible la fractura que es causa de todos los males del mundo, y por las consecuencias en tantas vidas, incluyendo la mía. Rafael Sánchez Ferlosio por Las semanas del jardín, la mejor contribución española a la teoría literaria, y por Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, cuyo pesimismo mal que me pese comparto, aunque jamás me ha impedido pelear contra el destino como si hubiera posibilidades de hacer algo por torcerle el cuello.

Sigmund Freud

 

El disco o la canción de tu vida

Porque me gusta hacer la segunda voz mientras escucho música: The Freewheelin, Bob Dylan, Harvest de Neil Young; Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band, The Beatles. Porque hay versiones que mejoran un brillante original: All Along the Watchtower, de Jimmy Hendrix. Porque la fusión jazz-rock llega a su punto culminante: A Tribute to Jack Johnson de Miles Davis. Porque todo el siglo XX con su tragedia prolongada durante este siglo está ahí, como si hubieran sido compuestos ayer mismo, el Concierto para orquesta y el Cuarteto de cuerda Número 4 de Bela Bártok.  

'The Freewheelin', Bob Dylan

 

El cuadro preferido

Mal amoré, Mariposa y muertecito y Penélope de Fe Blasco, y no solo porque los tengo en casa. Son la constatación de que el arte, si bien no paga (por citar a un amigo), ni seguramente cura, sí permite sobrevivir a los más terribles ataques de la mente.

'Mal amoré' de Fe Blasco