Eva Orúe (Zaragoza, 1962) se ha ligado al libro, aunque, de hecho, siempre lo ha estado, como periodista, como profesional de la información. Es la directora de la Feria del Libro de Madrid, y ha logrado un enorme éxito en la edición de este año. Tiene claro que los jóvenes vuelven al sentir el libro, aunque con historias particulares que suena lejanas para los más maduros. Periodista, escritora y gestora cultural, no duda cuando se le pregunta por sus grandes referencias culturales: siempre hay que tener a mano a Montaigne, el pionero del ensayo, el que anota y contextualiza.
Eva Orúe (Zaragoza, 1962) se ha ligado al libro, aunque, de hecho, siempre lo ha estado, como periodista, como profesional de la información. Es la directora de la Feria del Libro de Madrid, y ha logrado un enorme éxito en la edición de este año. Tiene claro que los jóvenes vuelven al sentir el libro, aunque con historias particulares que suena lejanas para los más maduros. Periodista, escritora y gestora cultural, no duda cuando se le pregunta por sus grandes referencias culturales: siempre hay que tener a mano a Montaigne, el pionero del ensayo, el que anota y contextualiza.
El libro clásico que siempre está presente
Los aforismos de Montaigne, simples y precisos. Siempre hay algo que picotear y, por lejano que parezca, siempre es oportuno.
El libro del año
Una historia ridícula, de Luis Landero. Alguien la definió como una fiesta de la inteligencia, y de la sabiduría; lo suscribo.
La película de tu vida
No sé si hay una, pero... Novecento, de Bertolucci, fue para mí importante en un momento de efervescencia social y política. Y quizá la memoria me engañe, pero recuerdo a un Robert De Niro y a un Gérard Depardieu imperiales.
La serie que te engancha o el pensador de referencia
Me resisto a dejarme atrapar por las series, exigen tiempo, dedicación, paciencia. Pero me bebí The Wire, las cinco temporadas. Una revelación.
El disco o la canción de tu vida
La chanson des vieux amants, de Jacques Brel. De Brel me gusta casi todo, y esta canción (en la que hay penas, traiciones, trampas), contiene la más bella declaración de amor: De l'aube claire jusqu'à la fin du jour / Je t'aime encore, tu sais / Je t'aime.
El cuadro preferido
El jardín de las delicias, de El Bosco, que ahora nos divierte, pero cuya contemplación debió ser aterradora. Es de una complejidad deslumbrante; el pintor conocía bien al ser humano... y su diagnóstico no es amable.