Pablo Capuz (Barcelona, 1994) saltó a la fama con la serie Merlí, pero antes ya había rodado películas y hecho varias obras de teatro. Ahora, reaparece en una de las apuestas más internacionales de Netflix, In from the cold.
La serie transcurre en España, pero está rodada en inglés con estrellas británicas y estadounidenses de la talla de Margarita Levieva, Ivanna Sakhno y Lydia Fleming. La participación del catalán es menor, aunque tiene continuidad y es clave.
Un futuro por delante
El actor no puede estar más feliz. Desea que vengan este y otro tipo de proyectos. Por el momento, tiene varios en cartera, entre ellos uno que ha creado él mismo.
Apasionado con su trabajo, es consciente de que la interpretación es una carrera de fondo y tiene pensado batallarla hasta el final. Así lo cuenta en conversación con Crónica Directo.
--Pregunta: ¿Cómo llegó al proyecto?
--Respuesta: Fue a través de un casting que hice en enero de 2020. El proyecto se quedó en stand by por la pandemia y los actores volvieron a sus casas. Y en diciembre de 2020, cuando ya ni me acordaba de que hice las pruebas, me llamaron. Fue un regalo.
--¿Cómo definiría a su personaje?
--Mi personaje es Diego, un chico muy atormentado que vive una crisis personal y su familia tiene un negocio (no vamos a decir de qué) y se ve inmerso en la investigación de Jenny, la protagonista.
--¿Qué ha supuesto para usted participar en un proyecto tan internacional?
--Un placer. Es una gran responsabilidad y yo me lo he pasado muy bien. Pese a ser un personaje pequeño, con recorrido, tiene un papel clave. Además, es una serie con un gran presupuesto, con un ritmo trepidante, mucha acción y es algo muy diferente a lo que había hecho hasta ahora y es un carro al que te subes o sufres un poco. Me lo pasé muy bien, y trabajar en otro idioma es un reto.
--¿Cómo ha sido el rodaje de escenas de acción?
--La verdad es que a mí no me han tocado muchas escenas, pero ves la preparación y el rodaje y dan ganas.
--¿Es de los que se ven en este tipo de películas de acción?
--Mi sueño no es hacer James Bond, pero si en algún momento en una serie o película toca rodar una escena de acción con persecuciones y pistolas, adelante. No pienso en hacer algo así como una película de superhéroes como referente, que si llega... tampoco diríamos que no.
--Y con sus inicios con proyectos en inglés y esta nueva serie, ¿le apetece una carrera internacional?
--Me gustaría mucho. Estoy empezando aquí. Lo que me gustaría es tener eco en la industria catalana y española y luego ir fuera, tener un recorrido orgánico.
--Con las plataformas, ¿no hay posibilidad de abrirse antes el camino internacional?
--Con las plataformas hay más proyectos que nunca, pero también más gente que nunca. A veces sí buscan algo muy determinado, pero la competencia es más amplia. Por el momento, yo estoy aquí y quiero trabajar.
--Usted participó en 'Merlí', que fue ya una serie que tuvo un recorrido internacional. ¿Teme que Rai le pueda marcar el camino?
--No creo que me haya marcado. Fueron dos temporadas y me han ayudado. Fue una carta de presentación para decir "soy Pablo y estoy aquí". Mi objetivo es encadenar proyectos. Me ha ayudado más que marcado. Además, al interpretar a un personaje tan diferente a mí también ayuda. En esta nueva serie, por ejemplo, también es algo muy distinto, he tenido que trabajar las emociones, y la vulnerabilidad y quisiera que mi carrera fuera hacia personajes vulnerables. Soy una persona muy sensible y empática, por eso fue algo tan diferente. Yo quiero que lleguen historias y personajes interesantes.
--¿Cómo ve ahora el panorama para los actores?
--Hay muchas plataformas que dan mucho trabajo y es cierto que en Cataluña hay producciones más pequeñas, pero espero que arranque y esto tire para adelante. Tenemos gente maravillosa. Después de una crisis además sale algo nuevo y creo que puede salir alguno nuevo, y las plataformas pueden ser la puerta para ello.
--Más allá del audiovisual, usted hizo teatro.
--Estuve en El despertar de la primavera. Con nuestra compañía, La paradoxa, estuvimos en la Sala Barts con Anònims. Y ahora estamos preparando La pols, dirigida por Pere Vázquez, con el que estamos de gira. Asimismo, yo estoy preparando un monólogo para mí, y da mucho gusto poder hablar de algo que te interese y crear una cosa para ti mismo, sin necesidad de depender de los castings.
--¿Es muy duro lo de pasar por varios castings?
--Ya era algo difícil, pero ahora con el Covid y los self-tapes es muy duro. Hacer el casting tiene la ventaja de que envías la toma que quieras y te la juegas, pero echo en falta estar con el director de casting presente y que te guíe.
--Dice que ha montado su propia compañía. Hay muchos actores que apuestan por esta producción propia. ¿A qué cree que se debe, es ese resurgir de la crisis que apunta o el de sacarse las castañas del fuego?
--No sé si llamarlo resurgir. La gente tiene ganas de currar y si no te dan trabajo no te queda otra que juntarte con gente en la que confías y mover la obra a gas, hacerla crecer, ir con más proyectos. Ana Rojas en Madrid es un gran referente en este sentido; fue del teatro a una serie para Atresplayer. Son las ganas de currar y hacerte ver.
--¿Ayudan las redes a dar visibilidad?
--Prefiero no pensar en ello. Yo lo uso para compartir mi trabajo, sin usarlo como herramienta. No comparto mi vida privada y espero que no me cojan por mis seguidores, que no son muchos. Entiendo, pero me jode, que si estamos dos personas en el proceso final de un casting puedan elegir al que tiene más seguidores. Pero prefiero no hablar de eso porque me indigna un poco.
--¿Se ha convertido en una condena?
--Y es heavy. No eliges a un enfermero por el número de seguidores. Es cierto que una película ha de recaudar y es importante que la gente vaya a verla, pero está demostrado que muchos proyectos surgen de gente no conocida y lo han petado igual. Supongo que es un castigo para esta generación.
--¿Qué proyectos tiene por delante?
--Hice un corto con Carlos González y los dos proyectos citados de teatro.
--¿Le interesa más el teatro que el audiovisual?
--Yo lo que quiero es trabajar en historias potentes que no me dejen indiferente, y no entretenimiento puro y duro, que me lleguen.