Elisabet Casanovas (Sabadell, 1994) es una de las actrices catalanas más importantes de la escena actual. Tras su paso por Merlí, su éxito fue in crescendo pero curiosamente no ha sido hasta este 2021 que no se ha estrenado en cine.
Chavalas, supone su debut en pantalla grande. También lo es el de su directora Carol Rodríguez Colás, de la que, por mucho que pueda parecer, un servidor no es familia.
Visión periférica
La película sucede en los escenarios donde han vivido toda la vida la realizadora y su hermana Marina, quien firma el guion de la historia. Un paisaje que se ha visto muy poco en la ficción: Cornellà.
La localidad catalana, situada a las afueras de Barcelona, es una protagonista más de estas cuatro amigas que protagonizan una historia de amistad reflejada de forma natural, sincera y sin preciosismos.
Universo personal
La cinta sigue los pasos de Marta (Vicky Luengo) una fotógrafa que vive en la Ciudad Condal y que ve cómo, de un día para el otro, debe no sólo abandonar la ciudad y volver a su tierra, sino que pierde un mundo en el que desea entrar y que está muy alejado de su realidad. El cambio no es fácil para ella, pero gracias a sus amigas reencuentra su lugar en el mundo.
Casanovas se siente muy orgullosa de que su debut cinematográfico sea un film tan personal, con universo muy concreto y una historia donde la amistad entre las mujeres se ve, por fin, vista y escrita por dos mujeres. No hay rastro de competición entre ellas, ni envidias. Algo muy difícil de ver. Tal vez, porque falta esa mirada femenina.
--Pregunta: Es su primera película. ¿Qué le atrajo tanto para dar el salto?
--Respuesta: Cuando leí guion me gustó muchísimo. Vi que se centra en un universo muy concreto, muy conocido. Se explican unas relaciones muy fundadas, desde un lugar muy único. Y ya cuando conocí a la directora y me enteré que lo había escrito su hermana todo cobró sentido. Es su historia y ser el canal para transmitirla es un honor.
--¿Cómo ha sido rodarla?
--Muy bonito. Es una suerte que sea mi primera peli para mi y para Carol. Además, las cuatro --Vicky Luengo, Carolina Yuste y Ángela Cervantes-- nos teníamos vistas pero no nos conocíamos mucho, nunca coincidimos y han sido un lujo de compañeras.
--¿Y cómo fue el rodaje en Cornellà, donde se criaron la directora y la guionista?
--Fue maravilloso. La escena en los bancos era en la misma plaza en que ellas se sentaban y donde vivían y las llamaban desde el balcón para cenar.
--¿Cómo actriz cuesta más o menos entrar en una historia tan personal?
--A mi, al contrario, me acerca porque cuando más personal es más concreto y puedes empatizar más con ese universo. Si son más genéricas me cuesta más empatizar.
--¿Da vértigo meterse en el cine? ¿Es muy diferente a la televisión, por ejemplo, dónde sí ha trabajado más al margen del teatro?
--No sé si es muy difícil rodar cine y rodar televisión. Mi experiencia en cine no es tan amplía. Cierto que se rueda más rápido pero ya uno lo lleva. No es vértigo, más bien nervios pero porque cuando empiezas un proyecto nuevo siempre los tienes.
--Usted es de Sabadell. ¿Qué relación tiene con la periferia?
--Es curioso porque también me crié toda la vida en un pueblo, mis amigos son de Cerdanyola y no sé muy bien de donde soy. Pero, aunque yo no sea de Cornellà o de esa periferia, hay algo que entendí mucho. Hay un mecanismo en los lugares que son comunes y entiendo la comodidad que sientes en un bar y cuán importante son las amistades. Lo que no recibí tanto y no me dejará de chocar es ese estigma que aún hoy por ser del extrarradio. Me parece terrorífico los comentarios superignorantes que uno recibe por este tema.
--¿Cree que aún existe?
--¿El clasismo? Sí.
--¿Son necesarias más visiones desde la periferia en el cine, como se hace en la literatura?
--Sin duda y series de televisión también. Tendemos en centralizar mucho en las capitales y las historias no sólo pasan allí, ni mucho menos, también suceden en los pueblos.
--La película además también habla de la amistad. Marta persigue el éxito y le separa de sus amigas, luego se reencuentran
--Ella está en una crisis vital y se pone una máscara para ser otra y que no la reconozcan. La peli no habla desde aquí, desde la competencia entre amigas. Muchas veces se estigmatiza a las mujeres y sus amistades se cuentan como competencia y desde los celos entre ellas. Y eso no es así. Yo celebro los proyectos y los éxitos de mis amigas.
--¿En este sentido cree que falta esta mirada femenina también de la amistad?
--Sí, porque las historias están, sólo hay que darles voz. Y además aquí no hay ningún personaje masculino que tenga un papel clave. Y ni la directora ni la guionista han querido hacer ningún alegato, sólo han contado una historia de ellas.