Quién podría imaginar que el retraso de la salida de un tren iba a dar para tanto… J. K. Rowling se hallaba en la estación de trenes de la ciudad inglesa de Manchester esperando que partiera el tren en el que ella viajaba hasta Londres cuando se le ocurrió la idea de escribir Harry Potter. Un proyecto que tardó cinco años en tomar forma y que fue publicado por la editorial Bloomsbury. Este fue el primer paso de un largo recorrido.
Porque más de 20 años después de que la historia ideada por la escritora J. K. Rowling a los pies de una vía de tren volara de su cabeza al negro sobre blanco del papel (1995), la historia del joven mago que descubre lo que es la vida a través de la magia, se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas. Un éxito rotundo inspirado en los siete libros firmados por Rowling y las ocho películas producidas por Warner Bross.
Por el mundo
Hablar del fenómeno fandom de Harry Potter equivale a hacerlo de las exposiciones que han recorrido el mundo que en su nombre; el atrezzo que, de forma permanente, ocupa un lugar privilegiado en el imaginario Andén 9 ¾ de la estación de King´s Cross de Londres o los bares temáticos en los que se pueden preparar las pociones mágicas que los jóvenes magos aprenden en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Una lista que podría no tener fin a causa de la pasión que muestran y sienten los fanes de una historia que habla de la realidad al margen de ella y que mantiene intacto su índice de popularidad a pesar del paso de los años. Y da igual que se sea niño o adulto porque todo lo que lleva la etiqueta Harry Potter es garantía de éxito.
Sin edad
La edad es tan irrelevante para que continúe siendo un fenómeno fandom como el hecho de que el último de los libros (Harry Potter y las reliquias de la muerte) se publicara en el año 2007 o que la segunda parte de la película del mismo nombre del libro en el que se basa se estrenara en cine el 2011. Porque todo lo que tiene que ver con Harry Potter sigue generando gran interés y curiosidad.
Otro ejemplo de ello es lo que se grabó pero no se llegó a ver en la saga de películas. Escenas que fueron eliminadas por cuestiones prácticas. Incluir en el montaje final todo el material de decenas de horas de rodaje y miles de tomas podría haber eternizado el visionado de una saga ya larga de por sí. A pesar de todo, hoy es posible conocer qué escenas fueron descartadas de las películas de Harry Potter.
En el metro
Harry Potter y la piedra filosofal es el nombre de la primera entrega de la serie de libros y películas. En ella, se puede ver a un Harry niño que descubre su verdadera identidad mágica y las raíces que lo atan a un mundo hasta entonces desconocidos. Su primer contacto con dicho mundo lo personifica Rubeus Hagrid, guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts.
Un semi gigante de cabello negro y enmarañado que pasea con Harry por Londres para acompañarle al Callejón Diagon, lugar en el que el joven mago debe comprar todo lo necesario para iniciar sus estudios mágicos. Pues bien, el director y los productores de la primera película decidieron eliminar una escena en la que Harry y Hagrid viajan en el metro de Londres camino del mercado mágico.
La humanidad de Petunia
Petunia es la tía de Harry Potter, hermana de su madre y responsable de haber criado a Harry tras la muerte de los padres del chico. Ella nunca ha sido cariñosa o afectuosa con un sobrino al que considera “raro”. En la séptima película (parte uno de Las reliquias de la muerte) los seguidores de la saga se quedaron sin ver cómo Petunia reconocía a Harry que él había perdido a una madre y ella a una hermana, mostrando su lado más humano.
Un momento emotivo que fue eliminado como lo fue otro más divertido: el del karaoke de Albus Dumbledore, director de Hogwarts. La escena pertenece al rodaje de Harry Potter y el Cáliz de fuego, la cuarta entrega de la saga. El profesor y mentor de Harry dirige a sus alumnos en un karaoke mágico celebrado en el Gran Comedor del Colegio para dar la bienvenida a los alumnos procedentes de otras escuelas mágicas del mundo.